"No, no, no. No estamos expropiando, nos estaremos incorporando al negocio", que en este caso es "netamente capitalista", subrayó
La emisora Globovisión de la televisión venezolana dijo ayer que los miembros de su directorio dependen del voto «de más del 55 por ciento del capital social», poco después de que el presidente Hugo Chávez dijera que aspiraba controlar el 48,5 por ciento del canal privado. «Más allá de las personas que puedan estar sentadas en su Junta Directiva, la línea editorial de Globovisión», de abierta oposición a Chávez, añadió la emisora en un comunicado, «no tiene porcentaje de acciones» y «ni se expropia ni se interviene».
El texto fue leído por Leopoldo Castillo, conductor de uno de los programas más antichavistas de Globovisión, después de que Chávez anunciara en un acto transmitido por la red estatal de televisión que el Estado pasará a controlar el 48,5 por ciento de Globovisión.
Chávez sumó el 28,5 por ciento de las acciones que dijo que están a nombre del empresario y banquero Nelson Mezerhane, dueño de un banco recientemente intervenido, a quien llama «ladrón», y el 20 por ciento de «un señor de apellido Tenorio que lamentablemente falleció».
«¡Venga a mí que tengo flor!», exclamó el jefe de Estado utilizando la expresión de ganadores de un popular juego de barajas, y tras remarcar que con ese traspaso de acciones «nadie podrá decir» que su Gobierno «está expropiando» a la emisora.
«No, no, no. No estamos expropiando, nos estaremos incorporando al negocio», que en este caso es «netamente capitalista», subrayó.
El comunicado de Globovisión explicó a su vez que el estatal Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) reconoce como única concesionaria de la emisora a la empresa Corpomedios GV Inversiones CA, cuyos accionistas «son tres personas jurídicas, una de las cuales es el Sindicato Ávila, cuyo único accionista es Nelson Mezerhane».
Esta empresa, intervenida por el Estado «por estar presuntamente relacionada al Banco Federal» de Mezerhane, agregó el comunicado, «posee 20 por ciento de las acciones de Corpomedios» (Chávez dijo que era el 28,5 por ciento).
«De conformidad con los estatutos» y sobre el accionista fallecido identificado por Chávez, Globovisión dijo que «los accionistas de forma individual no tienen derecho a designar miembros de la Junta Directiva de Corpomedios».
Debido al traspaso de acciones al Estado, Globovisión admitió que el Gobierno podrá designar nuevos representantes, en cuyo caso, quienes sean nominados, «tendrán en la Asamblea de Accionistas de Corpomedios los mismos derechos que tienen los (otros) accionistas».
Tras la lectura del texto de Globovisión, el conductor Castillo leyó un correo electrónico que atribuyó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Costa Rica.
Según lo leído, esta instancia dio al Estado venezolano un plazo perentorio para que, a «más tardar el 23 de julio de 2010», le informe de manera «concreta y detallada» de las medidas «de protección» que ha dictado a favor del presidente de Globovisión, Guillermo Zuloaga.
Zuloaga, que al igual que Mezerhane ha sido declarado prófugo de la justicia, y que asimismo se encuentra en Estados Unidos, ha sido imputado por hechos vinculados a una empresa de vehículos en sociedad con un hijo suyo del mismo nombre.
La Fiscalía ha acusado al empresario televisivo y automovilístico y a su hijo de «usura genérica» y «agavillamiento» (asociación para delinquir) por acaparar vehículos para venderlos luego a precios superiores.
Tanto Zuloaga como Mezerhane atribuyen su suerte a un «pase de factura» política debido a la línea editorial antigubernamental de la cadena de noticias 24 horas, lo que es negado por el Gobierno.