Las patrullas de rescate no habían logrado a primeras horas de hoy comunicarse con 34 mineros que desde ayer permanecen atrapados por un derrumbe en una mina de cobre en la norteña región chilena de Atacama.
Así lo confirmó la Intendenta (gobernadora) de Atacama, Ximena Matas, tras permanecer toda la noche junto a la entrada de la mina «San Esteban», a unos 45 kilómetros al noroeste de Copiapó, la capital regional, junto a las demás autoridades de la zona y familiares de los trabajadores.
«Hasta el momento no hemos podido contactar con ellos. Se están haciendo todas las formas mejores de poder bajar por espacios alternativos para poder llegar hasta donde se encuentran», dijo la gobernadora Matas a radio Cooperativa.
A las 07:00 de la mañana de este viernes (11:00 GMT) se cumplieron quince horas desde que se produjo el derrumbe en el nivel 350 (metros) de la mina, que es un socavón excavado en la ladera de un cerro.
Las autoridades creen que los trabajadores se encontraban en ese momento en el nivel 450 (metros), donde existe un refugio con suministro de oxígeno y reservas de agua y alimentos, pero sin comunicación con el exterior.
Los familiares de los mineros atrapados criticaron que la empresa sólo les haya informado del accidente cinco horas después de ocurrido y denunciaron las «precarias» condiciones de seguridad existentes en el yacimiento, considerado de tamaño mediano.
Personal de Carabineros, bomberos y trabajadores de la misma empresa y de otras minas de la zona integran las patrullas de rescate que intentan llegar hasta los mineros atrapados.
Los esfuerzos se concentran en descensos verticales por las chimeneas de ventilación de la mina, ya que por la ruta normal de la misma, que permite hasta el paso de vehículos, hay al menos 3,5 kilómetros hasta el sector donde se supone que están refugiados y el derrumbe la tapió con centenares de toneladas de tierra y rocas.