En uno de los intentos de rescate más complejos en la historia de la minería, los ingenieros han perforado casi 700 metros
Ya es oficial: a las ocho en punto de la mañana (hora local), la perforadora ha logrado el contacto con los 33 mineros chilenos atrapados en la Mina San José a 700 metros de profundidad desde hace 63 días.
Los mineros han visto por fin la luz al final del túnel. En realidad, no era la luz, sino el cabezón polvoriento de una perforadora de 40 toneladas de acero que después de insistir durante 34 días ha roto el techo del garaje donde se encuentran atrapados 33 hombres.
Tampoco es el final del túnel sino el principio de un agujero de 624 metros de largo y 66 centímetros de ancho por el que en los próximos días tratarán de subir todos ellos.
El último en salir será el jefe de turno, Luis Urzúa, que ha sido un hombre clave para mantener la armonía interna entre los atrapados.
ALEGRIA DE LAS FAMILIAS
Júbilo, gritos de alegría, aplausos, lágrimas y abrazos se han apoderado del Campamento Esperanza donde los familiares de los mineros esperan desde hace algo más de dos meses su rescate.
La campana ha repicado al pie de la mina. Era la señal que todos esperaban. Ese emocionante momento que por fin ha llegado a la mina San José.
La máquina perforadora T-130 del ‘Plan B’ que abre la vía de salida a los 33 mineros atrapados en Chile ha llegado al taller subterráneo donde se encuentran resguardados.
En uno de los intentos de rescate más complejos en la historia de la minería, los ingenieros han perforado casi 700 metros para tratar de liberar a los hombres.
Pero una vez que terminen los últimos metros, se necesitarán al menos dos días para sacarlos a la superficie, uno a uno, en cápsulas especiales apenas más anchas que los hombros de una persona.