keiko, hija de Alberto Fujimori, candidata a la presidencia del Perú

La «Plancha Geisha»

Rafael Rey y Jaime Yoshiyama candidatos a primer y segundo vicepresidentes

La "Plancha Geisha"
Keiko Fujimori. Caretas.

Vargas Llosa:"Al ver que colaboró con la dictadura fujimorista me llevé una de las grandes sorpresas de mi vida. Jamás habría esperado eso de Rafael Rey"

El día anterior a la sorpresa, el lunes 6, Rafael Rey les dijo a sus interlocutores apristas que su partido Renovación no iría definitivamente con el oficialismo. Había llegado a un acuerdo con otra agrupación.

En el APRA creyeron que Rey se trepaba al carro de una alianza negociada en los últimos días. Alfredo Barnechea, que había visto esfumarse su precandidatura en Alfonso Ugarte, mantenía conversaciones con Alex Kouri, al que se le vio solitario en la CADE en búsqueda de nuevos aliados, para treparse en la combi partidaria de José Barba Caballero. Por cierto, al cierre de esta edición aquel viaje parecía cancelarse.

Pero Rey apuntaba más alto. El martes 7 fue presentado en Huaycán como el primer vicepresidente de Keiko Fujimori. Jaime Yoshiyama, que ya era el mandamás en la campaña de la hija del encarcelado ex presidente, completó la terna.

ENEMIGO CAVIAR
Otros personajes revivieron en Huaycán. Estaban los ex ministros Absalón Vásquez, Jorge Camet y Walter Chacón. «Hoy arranca el carro y recién vamos a ver el crecimiento de Keiko», dijo Carlos Raffo.

Las encuestas le otorgan un promedio estable, en los últimos meses, de alrededor de 20%. La Universidad Católica le asigna una punta de 33% en el sector rural.

Si las recientes elecciones municipales y regionales fueran el referente, en cambio, el arranque del carro tendría problemas.

Fuerza 2011 presentó candidatos en 11 regiones y obtuvo un poco más de 447 mil votos, alrededor del 5% del total. El mayor porcentaje lo sacaron en Ica, con más de 193 mil, pero aún así perdieron la elección en la segunda vuelta del domingo 5 (ver detalles en Mar de Fondo).

Yoshiyama explicó: «me retiré de la actividad política. Estuve en el gobierno hasta el año 96 por discrepancias con Montesinos». Más tarde añadió que Alberto Fujimori le informó de su salida del gobierno y que luego supo que esto se debió a una conjura del ex asesor. Triste recordatorio, como si fuera necesario, del inmenso poder que ostentó el jefe de facto del SIN.

Keiko presentó a Yoshiyama como el encargado de acercar al Estado a la gente y volverlo más eficiente. Éste rescató las reformas de los 90 como el origen de la estabilidad económica actual, lo que traía ecos de ironía en medio de la pobreza del escenario. Antes del mitin, los asistentes se pelearon por los polos repartidos.

Rey, en cambio, es el componente pro-fuerzas armadas de la ecuación fujimorista. Para Carlos Raffo, llevarlo en la plancha «es una decisión firme porque es el enemigo número uno de todos los ‘caviares’ y nosotros llevamos ese lineamiento también».

EL CAMINO DE RENOVACIÓN
Rey tenía buena parte del territorio político vedado. Su deteriorada relación con Luis Castañeda Lossio nunca se recuperó luego de los desacuerdos entre ambos tras la victoria del primero en el 2002. Rey había sido parte importante de la campaña para evitar la reelección de Alberto Andrade como alcalde de Lima.

Resultaba todavía más difícil empatar con Perú Posible, dado su papel de opositor recalcitrante en el gobierno de Alejandro Toledo.

Sectores del oficialismo tampoco parecían encantados con la alianza con Renovación. La relación entre Rey y Mercedes Aráoz no había sido óptima en el gabinete. Dirigentes como Mauricio Mulder y Luis Gonzales Posada no encontraban coincidencias ideológicas.

Parecía entonces relegado a las divisiones menores. Wilder Ruiz, elegido el mes pasado como secretario general de Renovación, favorecía la coalición con Pedro Pablo Kuczynski. Pero todo indica que los demás convidados a esa mesa veían anticuerpos en Rey, particularmente Yehude Simon y un importante porcentaje del Partido Popular Cristiano.

Apenas el domingo 5 aparecieron unas breves declaraciones suyas en el diario Correo. Fuerza 2011 no le había ofrecido, según él, una alianza. «Si eso sucediera», aventuró, «me costaría mucho decir que sí, no porque no tenga un reconocimiento a lo que significó para el país el régimen de Fujimori, con los errores que tuvo, sino yo sé que significaría entrar a una campaña en la que me van a atacar de todos lados y me van a decir de todo».

Finalmente, como dijo el aprista Mulder, Rey «volvió a sus orígenes».

Los propios fujimoristas parecían tomar otro camino. El fin de semana último un grupo político se puso en contacto con Carlos Milla, el presidente de la Cámara de Comercio del Cusco, para ofrecerle un puesto en la plancha. Milla declinó pues, les dijo, ya estaba en la de Keiko Fujimori.

El empresario del sector turístico tuvo una celebrada intervención en la reciente CADE, donde coincidió con la candidata.

REY Y EL ESCRIBIDOR
En el evento de Huaycán, Keiko Fujimori presentó a Rey como el llamado a reivindicar a las Fuerzas Armadas y Policiales. El ex ministro de Defensa ratificó esa agenda al comprometerse con la defensa de los Derechos Humanos de los uniformados.

Suena muy bien en el papel. Pero mientras tanto, al otro lado del mundo, un novelista peruano se preparaba a recibir el galardón literario más importante del mundo. El pasado setiembre, Mario Vargas Llosa renunció a presidir la comisión de alto nivel del Lugar de la Memoria debido a un decreto legislativo cocinado por Rey en colaboración con el congresista fujimorista Rolando Sousa.

El decreto 1097 pretendía imponer la impunidad al declarar en prescripción los crímenes de lesa humanidad perpetrados antes del año 2003. Apenas fue promulgado el decreto, los miembros del Grupo Colina presentaron una demanda para acogerse al beneficio.

Fue un papelón de proporciones. En su carta, Vargas Llosa calificó la norma de «amnistía apenas disfrazada», y criticó que abría «mediante una triquiñuela jurídica la puerta falsa de las cárceles». Pidió al presidente «abolir este innoble decreto».

Como resultado, García se quedó sin Vargas Llosa, que fue Nobel anunciado un mes después, como invitado de su gobierno. El Congreso derogó el decreto solo con el voto en contra del vicepresidente Luis Giampietri. Rey y el ministro de Justicia Víctor García Toma salieron del gabinete por la puerta falsa. Pero ahí estaba el ex ministro en el programa de Jaime de Althaus, la noche del martes 7, insistiendo en su defensa del condenable decreto.

Meses antes, MVLl declaró a CARETAS que «durante el régimen de Fujimori, Rafael Rey me sorprendió mucho. Lo diré con toda franqueza: yo tenía mucho afecto por él, era muy joven, parecía muy puro, muy identificado con la democracia y con lo que era mi idea de reforma liberal en nuestro país. Al ver que colaboró con la dictadura fujimorista me llevé una de las grandes sorpresas de mi vida. Jamás habría esperado eso de Rafael Rey». Caretas.

 

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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