El ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, advirtió ayer que en Libia un millón y medio de personas que huyen de los disturbios hacia el este y el oeste, se encuentra en situación irregular
Cerca de 400 tunecinos que se dirigían en cuatro embarcaciones hacia la isla italiana de Lampedusa fueron interceptados en las últimas horas por la guardia costera italiana.
La guardia informó esta mañana que escoltó una embarcación con 347 personas a bordo», cuatro de ellas mujeres, que tras su llegada al puerto de Lampedusa, la más grande de las islas Pelagias, fueron conducidas al Centro de Identificación y Expulsión (CIE) local.
Poco antes, la policía detuvo a 44 inmigrantes ilegales, en su mayoría tunecinos, en la isla, cerca del cementerio del pueblo homónimo, mientras en Linosa, otra isla del archipiélago, fueron detenidos otras 22 personas que viajaban en otras dos embarcaciones precarias.
Según la edición digital del Corriere della Sera, en la primera embarcación se encontraban también dos periodistas de la televisión alemana, que realizaban un reportaje sobre la inmigración ilegal, quienes fueron identificados por la policía y luego liberados.
Los inmigrantes interceptados ayer son los primeros en llegar a Lampedusa desde hace más de una semana, cuando más de 5.000 tunecinos llegaron a la pequeña isla mediterránea, situada a solo 130 kilómetros de la costa tunecina, informó la agencia de noticias DPA.
Funcionarios del gobierno italiano, por otra parte, alertaron que los disturbios sociales en el norte de África, incluyendo la actual revuelta en Libia, podrían llevar a cientos de miles de futuros emigrantes a intentar cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa.
El ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, advirtió ayer que en Libia un millón y medio de personas que huyen de los disturbios hacia el este y el oeste, se encuentra en situación irregular.
Maroni volvió a quejarse de que la Unión Europea hace «demasiado poco»para frenar la avalancha de refugiados y evitar la toma del poder por parte de los islamistas.
«Existe el peligro de que Libia se convierta en un Afganistán a nuestras puertas» y Europa se mueve a tiempo de caracol, incapaz de reaccionar a una emergencia, señaló.