Es que si en la campaña de 2006 Humala mostró afinidad con el presidente de Venezuela, este año se empeñó en moderar el discurso y hasta rechazar comentarios de Chávez, quien lo tildó de "buen soldado"
La reducción de la pobreza, el recuerdo del fujimorismo y las críticas hacia Ollanta Humala marcaron el último debate presidencial en Perú previo a la elección del 10 de abril.
El choque tuvo lugar el mismo día en que se conocieron las últimas encuestas, en las que el ex militar izquierdista consolidó su liderazgo, que alcanzó por primera vez la semana pasada.
Humala tiene el 26,7% de las preferencias, de acuerdo con el promedio de los principales sondeos.
Más atrás, en condición de triple empate técnico, se ubican el ex presidente Alejandro Toledo (20%), la hija del ex mandatario Alberto Fujimori, Keiko Fujimori (18,9%) y el ex ministro de Economía Pedro Pablo Kuczynski (17%). Luis Castañeda (12,6%), ex alcalde de Lima, ostenta el quinto lugar en las preferencias.
Ante la paridad y la tradicional volatilidad del electorado, que suele definir su voto en los últimos días, nadie puede asegurar quiénes serán los dos contendientes del probable balotaje.
Para que un candidato gane en primera vuelta necesita obtener el 50% más uno de los votos. Si no hay un ganador, los dos más votados definirán la elección en una segunda vuelta el 5 de junio.
El mensaje de Humala
Humala, el único candidato de izquierda entre los que tienen posibilidades de pasar al balotaje, aprovechó el debate para enviar un mensaje de tranquilidad.
Al líder nacionalista, quien en 2006 perdió las elecciones en la segunda vuelta electoral, se lo acusa desde algunos sectores de tener ideas radicales que irían en contra del crecimiento económico que vive el país.
Esos temores fueron reflejados a nivel internacional esta semana por la revista británica The Economist, que dedicó casi toda su sección de Americas las elecciones peruanas, con un articulo cuyo título habla por si solo: «El riesgo de echarlo todo a perder».
Sin embargo, el candidato de Gana Perú, hizo hincapié en que respetará el orden democrático y que no buscará la reelección, en un mensaje dirigido a quienes buscan asociarlo con Hugo Chávez.
Es que si en la campaña de 2006 Humala mostró afinidad con el presidente de Venezuela, este año se empeñó en moderar el discurso y hasta rechazar comentarios de Chávez, quien lo tildó de «buen soldado».
Pero Venezuela no fue el único país que se coló en la campaña en los últimos días. Humala también criticó, al igual que otros candidatos, comentarios del presidente de Chile, Sebastián Piñera, quien dijo que de ganar el militar retirado, podría variar la actitud de Perú hacia su país.
El candidato de izquierda centró sus exposiciones en que sus rivales en la elección ahora «prometen lo que ya tuvieron oportunidad de hacer».
Y aseguró que busca «consolidar el crecimiento» para que el «bienestar llegue a todos», algo que con diferentes palabras también expresaron sus rivales.
Perú tiene una de las tasas más altas de crecimiento económico en América Latina, pero todavía un tercio de los casi 30 millones de habitantes vive por debajo de la línea de pobreza.
«Salto al vacío»
Sin embargo, pese a esta coincidencia los otros candidatos intentaron transmitir los «riesgos» de una victoria de Humala.
«El camino está en juego, elegir el futuro del crecimiento económico en democracia o el salto al vacío», aseguró Toledo, quien gobernó entre 2001 y 2006.
Los peruanos, dijo el candidato de Perú Posible, tienen que elegir seguir siendo «el país que más crece en Latinoamérica o acercarnos a la idea de Venezuela, Bolivia y Nicaragua».
El expresidente aprovechó sus intervenciones para destacar logros de su gobierno y criticar aspectos de la gestión del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), preso por violaciones a los derechos humanos.
Fujimori, presente
«Eso representa la gestión de tu padre» y «eso lo dejó tu papá», le dijo Toledo en distintas oportunidades a la candidata de Fuerza 2011.
Pero Fujimori no se hizo presente solamente a través de estos comentarios. Fue su hija quien de principio a fin hizo referencias al fujimorismo.
Keiko Fujimori dijo que el gobierno de su padre era «el modelo a seguir», criticó a quienes se creen «autores de una estabilidad que han heredado» y dijo ser «hija de Alberto Fujimori a mucha honra».
«Perú creció gracias a las medidas adoptadas en los 90′, derrotamos al terrorismo y sentamos las bases del crecimiento», señaló.
La excongresista aseguró que la gente recuerda los planes sociales puestos en marcha durante el fujimorismo e indicó que los gobiernos posteriores no los habían mantenido.
Por su parte, Pedro Pablo Kuczynski, conocido como PPK, señaló que Perú no debía «perder esta oportunidad» para que el progreso alcance a todos los peruanos.
PPK, exministro de Economía de Toledo y líder de Alianza por el Gran Cambio, dijo que un eventual gobierno suyo se enfocaría en educación, seguridad e infraestructura.
En tanto, Castañeda, quien pocos meses atrás lideraba las encuestas, dijo buscar la construcción de un Perú «moderno, seguro y humano».
El candidato de Solidaridad Nacional aseguró que de gobernar, Perú iría camino a «convertirse en un país del primer mundo».