Las medidas más radicales se tomaron en la cárcel de Chonchocoro, en el altiplano del departamento de La Paz, donde 23 presidiarios se ataron a cruces, doce se cosieron los labios y diez se enterraron hasta el cuello
Varios presos bolivianos se crucificaron ayer atados a palos, cosieron sus labios o se enterraron hasta el cuello para que el Gobierno apruebe un presupuesto de 1,4 dólares diarios por cabeza para su alimentación, según dijeron dirigentes de la protesta.
Las medidas más radicales se tomaron en la cárcel de Chonchocoro, en el altiplano del departamento de La Paz, donde 23 presidiarios se ataron a cruces, doce se cosieron los labios y diez se enterraron hasta el cuello, afirmaron esos portavoces de los presos en declaraciones telefónicas a medios bolivianos.
El canal de televisión PAT mostró imágenes de reos protestando con pancartas en los techos de las cárceles, mientras una columna de humo producto de una fogata salía del patio principal.
«Hemos tomado las instalaciones del comedor, de la capilla y de la carpintería porque el Gobierno no hace caso a nuestros pedidos», dijo un dirigente de los reos no identificado, que amenazó con más protestas si se produce una intervención policial.
El Gobierno boliviano ya ofreció subir el presupuesto para tres comidas diarias en las cárceles de 70 a 95 centavos de dólar, pero los reos demandan al menos 1,4 dólares. Algunas presidiarias de la penitenciaria de mujeres de la ciudad de La Paz también se crucificaron atadas a palos e hicieron carteles escritos con sangre que se sacaron con jeringuillas, pero además advirtieron que radicalizarán sus protestas desde este martes.
Las protestas también se producen en cárceles de Oruro, Sucre y Trinidad, mientras que en otros lugares comenzaron las negociaciones con las autoridades sobre el aumento del presupuesto.
Los motines en cárceles bolivianas son constantes. Generalmente, se permite a los reos que vivan con sus hijos dentro de la penitenciaria que, además, al no tener celdas para todos, semeja un vecindario hacinado y amurallado.
El representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Dennis Racicot, criticó recientemente la desigualdad en el trato, porque hay reos que compran celdas y pagan por servicios en algunos los penales, mientras que la mayoría vive con limitaciones.
También cuestionó que un 80 % de los cerca de 9.000 reos del país no tenga sentencia en forma, lo cual, sumado al hecho de que se les permite vivir con sus hijos, agrava el hacinamiento y la falta de alimentos en los penales.
Una reforma de la legislación penal boliviana aprobada en 2010 permitió que el tiempo de la detención preventiva de los reos suba de 18 hasta 36 meses con el propósito de dar a los fiscales y a los jueces más tiempo para avanzar en los procesos.