Meirelles describe las amenazas a las que se enfrentan las comunidades indígenas aisladas en Brasil y señala las acciones que deben tomarse para respetar su entorno territorial y cultural
El indigenista brasileño Jose Carlos Meirelles, coordinador de una expedición a la Amazonía brasileña que recoge imágenes para un documental de Survival International, describe en esta entrevista a Europa Press las amenazas a las que se enfrentan las comunidades indígenas aisladas en Brasil y señala las acciones que deben tomarse para respetar su entorno territorial y cultural.
¿Cuál es la situación de los indígenas aislados?
Esta gente mantiene más o menos la cultura intacta porque no han interactuado con nosotros. La política del Estado brasileño se centra en proteger a estos pueblos y sus tierras sin interactuar, por lo que se conoce muy poco de ellos. Lo único que podemos decir es que por lo menos tres de estos grupos parecen ser de la etnia Pano.
¿Cuántas comunidades indígenas existen en la Amazonía brasileña?
En 1988 empezamos un estudio para identificar estos pueblos y hemos confirmado que existen cerca de 30. Además, tenemos referencias o informaciones acerca de la presencia de otros 40 grupos, pero lo tenemos que estudiar y comprobar.
¿A qué amenazas se enfrentan?
Estos pueblos dependen de sus tierras para poder vivir; un territorio no es sólo el espacio físico, sino que también es algo cultural. Cualquier interferencia, como la construcción de carreteras, hidroeléctricas o petroleras, tiene un impacto directo e indirecto en sus culturas.
¿Existe una política para proteger los territorios de estas comunidades?
La política de protección fue creada en 1988 y existe todo un marco legal, pero lamentablemente, entre tener una ley y hacerla cumplir hay una distancia. Por ello, nosotros trabajamos para recordar al Estado que cumpla con esta legislación.
¿Cuáles son las acciones más urgentes?
Hay que confirmar la existencia de estos 40 grupos porque hay muchas inversiones de empresas en la Amazonía y si no sabemos dónde están estos pueblos, van a desaparecer antes que sepamos que existen.
Otro aspecto pasa por proteger el territorio de los otros 30 pueblos que ya han sido identificados. Viví durante 25 años en esa región y sé que las bases existen, pero esto debe tener un seguimiento: el Estado tiene que garantizar que mañana no va a construir una carretera en las tierras de estas comunidades aisladas.
Además, tiene que existir una política conjunta de protección del territorio de los indígenas ya que también hay algunas comunidades en la frontera con Bolivia y Perú. Algunos grupos están invadiendo el territorio ajeno, ya que no reconocen las fronteras de los países, lo que puede provocar guerras y muertes.
¿Considera que es necesario contactar con estos grupos o es mejor dejarlos aislados?
Si el contacto fuera más pacífico, ellos ya hubieran interactuado con nosotros, pero están aislados porque saben exactamente como somos. La política de protección, aunque se basa en dejarlos aislados, se divide en tres fases: la localización, protección y el contacto, en último caso.
Para el contacto ideal tienen que tomarse en cuenta tres cosas. Primero, se debe tener todo un equipo médico de seguridad, para que las personas no mueran por enfermedades como el sarampión o la gripe. En segundo lugar, tendríamos que tener un equipo multidisciplinario para aprender su lenguaje. Y por último, tener paciencia para que estos pueblos empiecen a entrar en nuestro mundo, pero despacio. No podemos entrar en contacto hoy y ponerles una televisión mañana, porque se volverán locos.
¿Qué puede aprender la sociedad de los indígenas aislados?
Son excelentes agricultores. Cultivan yuca, maíz, patatas, cacahuates, papaya, plátano, tienen una variedad inmensa de productos agrícolas y una variedad de maíz que es puro, no es transgénico, el que han cultivado por muchos años y que se ha adaptado a la región. Esas semillas son un patrimonio. Tienen mucho que enseñarnos.
¿Qué papel debe jugar la sociedad?
Las grandes corporaciones petroleras o de explotación maderera tienen una fuerza política intensa y significativa. Hay que convencerlos de que el petróleo es importante, pero también lo es la diversidad humana. La comunidad internacional y las ONG tenemos que presionar para que se proteja este patrimonio, que no es sólo de Brasil o de Perú, es de la humanidad, es la diversidad de la raza humana.