El artículo "NO a las mentiras" de Emilio Pacheco desató la ira de Rafael Correa

Condena mundial al fallo judicial contra el diario «El Universo» de Ecuador

El periódico tendrá que pagarle a Correa 28 millones de euros, mientras que sus directivos fueron sentenciados a tres años de cárcel

Condena mundial al fallo judicial contra el diario "El Universo" de Ecuador
"El Universo" recibe apoyo internacional. EFE.

El desproporcionado y brutal fallo judicial contra el diario "El Universo" de Ecuador ha motivado una condena mundial sin precedentes

El desproporcionado y brutal fallo judicial contra el diario «El Universo» de Ecuador ha motivado un rechazo mundial sin precedentes. Desde el departamento de Estado de EE.UU que ha expresado su preocupación por la condena a tres años de prisión para los directivos del rotativo y el pago de 40 millones de dólares (28 millones de euros) de indemnización, hasta instituciones periodísticas y organismos oficiales que califican al hecho como un acoso a la libertad de prensa en Ecuador.

El director para las Américas de la organización internacional Human Rights Watch, José Miguel Vivanco señaló que «la condena penal de quienes critican al presidente es un ataque frontal a la libertad de expresión en Ecuador». «Los periodistas de la América Latina vemos este hecho, en materia judicial, como un ataque de Gobiernos que no creen en la opinión libre, que no se someten al escrutinio público, a la transparencia y, más allá, a un sistema democrático», indicó Giselle Bethancourt, presidenta del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) de Panamá.

Por otra parte Gonzalo Marroquín, presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) señaló que fallo judicial es un “Grave zarpazo a los más esenciales principios de la libertad de información”.

«Es una decisión preocupante que no guarda relación con la supuesta infracción o delito puesto que la columna firmada por el editorialista, que ya renunció, es el ejercicio de una opinión editorial que en modo alguno podría significar un acto delictivo», dijo el director ejecutivo del IPYS, Ricardo Uceda.

Reporteros Sin Fronteras: “Aún si Palacio sostuvo una posición extrema, rechazamos la condena a tres años de cárcel y la suma exorbitante impuesta a El Universo, sus directivos y un ex editor de diario. La decisión resulta a la vez inoportuna, se toma en pleno debate sobre la futura Ley de Comunicación”

Esta no es la primera demanda que interpone el presidente de Ecuador. El pasado mes de febrero demandó por $10 millones de dólares a los periodistas Juan Carlos Calderón y Christian Zurita, autores del libro «El gran hermano», a quienes acusa de «daño moral». Este proceso aún no ha sido fallado.

A continuación reproducimos el artículo de opinión titulado «NO a las mentiras» escrito por el periodista Emilio Pacheco que provocó la ira de Rafael Correa.

«No a las mentiras» Por: Emilio Pacheco

«Esta semana, por segunda ocasión, la Dictadura informó a través de uno de sus voceros que el Dictador está considerando la posibilidad de perdonar a los criminales que se levantaron el 30 de septiembre, por lo que estudia un indulto.

No sé si la propuesta me incluya (según las cadenas dictatoriales, fui uno de los instigadores del golpe); pero de ser así, lo rechazo.

Comprendo que el Dictador (devoto cristiano, hombre de paz) no pierda oportunidad para perdonar a los criminales. Indultó a las mulas del narcotráfico, se compadeció de los asesinos presos en la Penitenciaría del Litoral, les solicitó a los ciudadanos que se dejen robar para que no haya víctimas, cultivó una gran amistad con los invasores de tierras y los convirtió en legisladores, hasta que lo traicionaron. Pero el Ecuador es un Estado laico donde no se permite usar la fe como fundamento jurídico para eximir a los criminales de que paguen sus deudas. Si cometí algún delito, exijo que me lo prueben; de lo contrario, no espero ningún perdón judicial sino las debidas disculpas.

Lo que ocurre en realidad es que el Dictador por fin comprendió (o sus abogados se lo hicieron comprender) que no tiene cómo demostrar el supuesto crimen del 30 de septiembre, ya que todo fue producto de un guión improvisado, en medio del corre-corre, para ocultar la irresponsabilidad del Dictador de irse a meter en un cuartel sublevado, a abrirse la camisa y gritar que lo maten, como todo un luchador de cachacascán que se esfuerza en su show en una carpa de circo de un pueblito olvidado.

A esta altura, todas las «pruebas» para acusar a los «golpistas» se han deshilvanado:

El Dictador reconoce que la pésima idea de ir al Regimiento Quito e ingresar a la fuerza fue suya. Pero entonces nadie pudo prepararse para asesinarlo ya que nadie lo esperaba.

El Dictador jura que el exdirector del Hospital de la Policía cerró las puertas para impedir su ingreso. Pero entonces tampoco allí hubo ningún complot porque ni siquiera deseaban verle la cara.

Las balas que asesinaron a los policías desaparecieron, pero no en las oficinas de Fidel Araujo sino en un recinto resguardado por fuerzas leales a la Dictadura.

Para mostrar que el 30 de septiembre no usaba un chaleco blindado, Araujo se colocó uno delante de sus jueces y luego se puso la misma camiseta que llevaba ese día. Sus acusadores tuvieron que sonrojarse ante la palpable demostración de que los chalecos blindados simplemente no se pueden ocultar.

Podría seguir pero el espacio no me lo permite. Sin embargo, ya que el Dictador entendió que debe retroceder con su cuento de fantasmas, le ofrezco una salida: no es el indulto lo que debe tramitar sino la amnistía en la Asamblea Nacional.

La amnistía no es perdón, es olvido jurídico. Implicaría, si se la resuelve, que la sociedad llegó a la conclusión de que el 30 de septiembre se cometieron demasiadas estupideces, de parte y parte, y que sería injusto condenar a unos y premiar a otros.

¿Por qué el Dictador sí pudo proponer la amnistía para los «pelucones» Gustavo Noboa y Alberto Dahik, pero en cambio quiere indultar a los «cholos» policías?

El Dictador debería recordar, por último, y esto es muy importante, que con el indulto, en el futuro, un nuevo presidente, quizás enemigo suyo, podría llevarlo ante una corte penal por haber ordenado fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente.

Los crímenes de lesa humanidad, que no lo olvide, no prescriben»

 

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Autor

Emilio González

Emilio González, profesor de economía española, europea y mundial en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid.

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