Farmaindustria espera llegar a un acuerdo con Sanidad que minimice los daños de la prescripción por principio activo

Farmaindustria confía en que la reunión que han solicitado con la ministra de Sanidad, Leire Pajín, tras las medidas de reducción del gasto farmacéutico acordadas con las comunidades sirva para «minimizar los daños» que tendrá para el sector algunas de ellas, como la obligación a prescribir por principio activo.

«Esperamos limar o minimizar algunas cosas», según ha reconocido el director general de la patronal de la industria farmacéutica en España, Humberto Arnés, en declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press, ya que de lo contrario «el impacto sobre la industria y la pérdida de puestos de trabajo va a ser una realidad».

Arnés ha reconocido que ya ha habido «algunas conversaciones telefónicas» con el departamento de Leire Pajín, para trasladarles su «consternación y sorpresa», sobre todo al ser un sector cuyo mercado se ha reducido un 30 por ciento por culpa de diferentes medidas de ahorro adoptadas por el Ejecutivo en el último año y medio.

Una de las medidas más criticadas por la industria es la prescripción obligatoria por principio activo, ante la que piden que no se discrimine la marca en favor del genérico.

«Nosotros no nos oponemos a que se prescriban genéricos, ni a que aumente su prescripción en tiempos de crisis», recuerda Arnés, quien sin embargo considera «inadmisible» que «cuando el genérico y la marca, que es el producto original y de referencia, tienen el mismo precio, se obligue a prescribir el genérico en lugar de la marca».

Según el director general de Farmaindustria, «no hay ninguna razón para establecer una diferencia en favor del genérico y en contra de la marca», recordando que puede provocar problemas de adherencia «e incluso confusiones» con los tratamientos en algunos pacientes.

Además, también ha criticado que Sanidad y las comunidades no hayan abordado la «infrafinanciación» del Sistema Nacional de Salud (SNS), para lo que piden «un debate abierto» en el que se establezcan las prioridades presupuestarias.

«Seguro que la sanidad es la prioridad fundamental de los ciudadanos, sobre todo para los pacientes, y no olvidemos que es una cuarta parte de la población y que todos lo seremos a lo largo de nuestra vida, por lo que deberíamos fijar unos presupuestos realistas y una financiación suficiente», concluye.

De lo contrario, reconoce que se «corre el riesgo de estrangular la actividad de la industria» y «empeorar la calidad de la prestación farmacéutica y sanitaria».

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