El matrimonio recuperará la custodia de su hija, internada en un centro de acogida de Murcia
Todo podría haber quedado en un simple juego, pero la travesura se les fue de las manos. La Guardia Civil detuvo en la noche del sábado 13 de agosto de 2011 a una pareja, de nacionalidad marroquí y residente en la pedanía murciana de Cabezo de Torres, después de que un vecino encontrase a una hija del matrimonio, de tan solo dos años, en un contenedor.
El arresto de la pareja hizo saltar todas las alertas y en la pedanía ya nadie daba crédito al presunto abandono de la pequeña. Pocas horas después, sin embargo, las pesquisas de la Benemérita arrojaron luz sobre el suceso y éste dio un giro de 180 grados.
La pequeña, al parecer, había acabado en la basura «en el transcurso de un juego con otra niña», una vecina. Un juego que llevó a sus padres a pasar la noche en la Comandancia.
Este asunto comenzó en torno a las 20.30 horas de este sábado, cuando un vecino de una vivienda aledaña a la calle del Carmen de Cabezo de Torres se encaminó a ésta dispuesto a bajar la basura. Al abrir el contenedor, escuchó unos leves sollozos que llamaron su atención. Tras apartar algunas bolsas, descubrió el origen de los gimoteos. Era una niña de dos años «llorando, sudorosa y con la cara de pánico».
Con ayuda de otro vecino de la zona, este testigo logró rescatar a la pequeña de entre la basura y telefoneó al Centro de Coordinación de Emergencias para explicar lo ocurrido.
Mientras se desplazaban a la zona los servicios sanitarios y la Guardia Civil, apareció en la calle del Carmen la madre de la niña, de entre 30 y 40 años de edad y nacionalidad marroquí. Ésta había encontrado un zapato de la niña en plena calle y estaba asustada. La familia reside en la calle Pintor Sorolla, a unos 300 metros del contenedor.
Pese a los requerimientos de la madre de la niña, el vecino se negó a entregarle a la pequeña hasta que no llegase la Benemérita y aclarase lo ocurrido.
Una decisión que el teniente José Ángel Millán, portavoz de la Guardia Civil, tildó ayer de lógica. En el lugar, se personó una patrulla de la Guardia Civil y una ambulancia que trasladó a la pequeña, para su examen, a un centro de salud.
Millán precisó ayer que la niña se encontraba «en perfecto estado de salud», dado que no sufrió ningún daño derivado de este accidente. Tras la atención sanitaria, la pequeña fue trasladada a un centro de acogida de menores de Murcia.
Mientras tanto, la Benemérita se encargó de tomar declaraciones a los testigos y a los padres de la menor y, «dadas las contradicciones y los indicios existentes», decidieron arrestar a la pareja por un presunto delito de abandono de menores.
Los padres, sin embargo, precisaron en todo momento que la niña, que con dos años ya anda perfectamente, suele jugar en las calles cercanas a la casa.
Como explica A. Negre en La Verdad, durante la mañana del domingo, la Guardia Civil continuó con la toma de declaraciones y fue atando cabos hasta llegar a la conclusión de que la niña había acabado en la basura «en el transcurso de un juego con otra niña», concretamente una vecina cuya edad no quiso precisar. Con este giro de 180 grados, la Guardia Civil decidió poner en libertad de inmediato al matrimonio, al no tener ninguna responsabilidad en los hechos.
Un giro de 180 grados
La Guardia Civil explicó este domingo que se desconocen las razones que llevaron a esa menor a acabar su juego de esa manera, ni el tiempo que pasó dentro del contenedor. Lo que sí tiene claro el Instituto Armado es que los padres no trataron en ningún momento de abandonar a la niña.
Una vez aclarado el asunto, el matrimonio recuperará la custodia de su hija, internada en un centro de acogida de Murcia, una vez que lo determine el juez tras conocer la investigación de la Guardia Civil.
Tras esta confusión, los padres de la pequeña regresaron ayer a su vivienda de Cabezo de Torres con su pequeña, a la que seguro que a partir de ahora no pierden de vista.