El nacimiento de las mellizas de la presunta esposa del narcotraficante mexicano Joaquín «Chapo» Guzmán ocurrido en un condado de Los Angeles, en EEUU -y revelado por el diario Los Angeles Times- puso sobre la mesa el delicado tema del cruce, de un lado a otro de la frontera de ambos países, de narcotraficantes y sus familias.
La exreina de una feria en Sinaloa, Emma Coronel, se casó con Guzmán poco después de obtener la corona en 2007, según informó entonces el diario Proceso.
Coronel es familiar de Ignacio Coronel, un exsocio de su esposo en el cartel de Sinaloa pero también, al parecer, es ciudadana estadounidense y no está acusada de ningún delito.
Todo esto le permite el libre paso por la frontera, según dijo a Los Angeles Times un funcionario de los servicios de seguridad de EEUU.
Y a pesar de que se sabe que Coronel dio a luz el 15 de agosto a dos niñas, en el hospital Antelope Valley en Lancaster y que la justicia estadounidense la vigila, su esposo continúa prófugo, señalado como el capo de la droga más buscado de la historia y por el que se ofrece una recompensa de US$5 millones.
Ir y venir
El cruce continuo de las fronteras no es exclusivo de los integrantes de los carteles, sino que también incluye a parientes, a los que a veces no resulta tan sencillo seguirles el rastro.
El ir y venir del narcotraficante Edgar Valdez Villareal, alias «La Barbie» se conoció tras su captura hace poco más de un año por las autoridades mexicanas.
Nacido en Laredo, Texas, Valdéz viajaba continuamente a las ciudades mexicanas de Nuevo Laredo y Monterrey en donde estableció nexos con los carteles de Sinaloa y de los Beltrán Leyva.
Tras su captura, su abogado defensor, Kent A. Schaffer, aseguró a los medios que la intención de Valdéz Villareal era ser juzgado en su país de origen, en donde se encuentra su familia.
«Tiene una familia de gente muy trabajadora, viven en Estados Unidos y ellos fueron los que me contrataron», señaló Schaffer.
HIJOS Y ESPOSAS
Vivir, estudiar o exiliarse en otros países es una de las condiciones comunes para los hijos y las esposas de narcotraficantes.
Es conocido el caso de la familia Escobar quienes poco después de la muerte del entonces jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria en 1993, viajaron a España, Alemania y finalmente Argentina en búsqueda de refugio.
Tras algunos problemas con la justicia y finalmente libres de cargos, la familia cambió su nombre por Los Marroquín y se dedican a otros negocios.
En 2009 el hijo de Escobar, Juan Pablo (hoy conocido como Juan Sebastián Marroquín), presentó el documental «Pecados de mi padre» en el que pidió perdón a familias de víctimas de la violencia del narcotráfico.
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Las hijas de Juan José Esparragoza, alias «El Azul», reconocido como un poderoso narcotraficante mexicano, también pasaron parte de su juventud lejos de los negocios familiares.
Según algunos informes, realizaron parte de sus estudios en el exclusivo internado para señoritas Surval Mont-Fleuri de Montreux, Suiza. Otras revelaciones apuntan a que tuvieron una corta estadía en Ottawa, Canadá.
Residentes
En ocasiones, los familiares de narcotraficantes han sido perseguidos, capturados y juzgados por las autoridades estadounidenses.
Como el caso de William Rodríguez Abadía, hijo de Miguel Rodríguez Orejuela, antiguo jefe del cartel de Cali quien luego de entregarse a las autoridades estadounidenses en Panamá fue sentenciado a 22 años de cárcel.
Sin embargo, Rodríguez quedó libre después de cinco años de prisión gracias a su colaboración con la justicia.
Tras la liberación, su abogado Humberto Domínguez aseguró que el acuerdo negociado con la justicia de EE.UU. incluye el que Rodríguez se quede a vivir con su familia en ese país.
«El gobierno de Estados Unidos se comprometió a darle la libertad, tras pagar cinco años de prisión, y además la posibilidad de una residencia permanente en el país para él y su familia», declaró Domínguez en entrevista con W Radio de Colombia.
Rodríguez Abadía no es nuevo en el país, es un abogado con estudios en universidades estadounidenses quien espera, según comentó su abogado, «empezar una vida nueva» en EE.UU.