Ryan Hart y su madre no olvidarán jamás el restaurante Arby en N. West Avenue y no precisamente por su exquisita comida.
Todo empezó como un almuerzo corriente con sándwich y refresco a la salida del colegio pero se complicó cuando el chico mordió algo que no le parecía que formara parte del relleno de su bocadillo.
Alarmado analizó el extraño objeto sacado de su boca. No daba crédito, era un resto humano, más concretamente un trozo de dedo.
Según informa el Huffington Post, los responsables sanitarios aseguran que se trataba de una falange de un dedo del cocinero responsable de seccionar la carne que posteriormente se servía en la sala.
El restaurante tuvo que ser cerrado para limpiarlo y desinfectarlo y el joven sometido a pruebas médicas que le descartaron el contagio de enfermedad alguna.