Encontraron el cuerpo de una jóven de 15 años que había sido violada y asesinada el pasado 5 de febrero. Días después se conocerían más detalles de lo que en Estados Unidos (EEUU) se ha considerado uno de los más «macabros» hechos ocurridos en Houston por dos jóvenes adolescentes.
El cuerpo de Corriann Cervantes, una adolescentes de 15 años, había sido torturado hasta la desfiguración. La víctima fue golpeada, asfixiada y violada.
Un destornillador clavado en la cabeza y la impresión de un crucifijo invertido en el estómago agregaban atrocidad a su martirio.
Un pacto satánico entre dos chicos estaba detrás del horror, que conmueve a Estados Unidos.
«Lo que ocurrió fue sádico. Lo que a la larga ocurrirá en el Tribunal será que se hará justicia», afirmó John Jordan, fiscal del condado Harris.
Los adolescentes José Reyes, de 17 años, y un muchacho de 16, están acusados de ser los autores del crimen y enfrentan cargos punibles con la pena capital. Matar en forma atroz a Cervantes fue, según reconstruyeron los investigadores, «la forma de vender sus almas al diablo».
Ya han sido detenidos
Reyes fue arrestado el domingo, entregado por sus padres, a quienes les había confesado parte de lo ocurrido. En tanto, el menor de 16 está detenido en un centro carcelario juvenil.
La pesadilla para Cervantes comenzó el 5 de febrero cuando fue convocada por los jóvenes -quienes, según reconstruyen las crónicas periodísticas locales, compartían escuela con la víctima- a un departamento, situado en el sureste de Houston.
Un cenicero, la tapa de un inodoro y la varilla de una persiana fueron los elementos usados para golpearla en forma repetida. Luego la asfixiaron y violaron en la soledad de la vivienda, que estaba desprovista de ocupantes y muebles.
Durante la tortura, la chica gritó: ¿por qué me hacen esto? Y trató de huir.
Los investigadores aún no pudieron determinar si la chica falleció por los golpes que recibió en su cabeza, por estrangulación o por lesiones internas derivadas de la violación. Un residente descubrió el cadáver, parcialmente vestido, dentro del apartamento tras haber visto la puerta abierta.