Hakim Rezgui sólo puede mascullar: «No me lo creo, no me lo creo». Es el padre de Seifeddine Rezgui, el terrorista que mató a 38 turistas en Túnez.
El mismo que, según se ha descubierto ahora, escribió poco antes de la matanza en su Facebook:
«Si el amor por la yihad es un crimen, yo soy un criminal. Los héroes están en las tumbas, los hombres de verdad están en las cárceles y traidores están en los palacios».
El hombre está desolado:
«La gente me pregunta y no sé qué decirles, yo estaba completamente sorprendido por la noticia de lo que mi hijo había hecho. Acababa de regresar de trabajo a las 11.30 am, yo trabajo en las líneas de ferrocarril…. No sabía nada. A mi hijo le han lavado el cerebro, se lo han llenado con ideas terribles…
«Siento la pérdida de las familias con tanta fuerza. Me siento como si hubiera muerto junto con las víctimas. Estoy tan avergonzado por mí, por su madre, para toda nuestra familia»,
señala Hakim, según apunta ‘Daily Mail‘.
TRABAJA DURO
Rezgui trabaja en granjas y en los ferrocarriles por 10 libras al día. Trabajaba duro porque su hijo tuviera un futuro. Logró que fuera a la universidad. Ahora todo el esfuerzo de toda una vida ha sido en vano.
«Mi hijo perdió la vida, pero ha roto las nuestras también. Ha perdido su vida, sus estudios, su futuro y con nosotros».
Para los vecinos de su ciudad natal de Gaafour, cerca de la capital de Túnez, era un estudiante de ingeniería, trabajador, decidido a que el esfuerzo de su familia se viera recompensado en el futuro.
Aficionado al Real Madrid y de las selección de Túnez a la que vitoreaba en la Copa Federaciones, adicto a la música rap, siempre afeitado, con un look muy americano, gorra de béisbol, capucha y pantalones vaqueros.
¿Se radicalizó en la ciudad de Kairouan, donde estudiaba? Esa es la pregunta. La ciudad, con 370 mezquitas es conocido como uno de los lugares más sagrados en el mundo musulmán, y Rezgui podría haber vivido entre una comunidad de extremistas salafistas.