Chanelle, una niña de tres meses, murió después de que su madre, Yvonne Adkins, la dejase desatendida en la planta baja de su casa mientras ella tenía relaciones sexuales con un hombre al que había conocido dos semanas antes y bebía Whisky.
La mujer encontró a su bebé muerto por la mañana; la había dejado enferma y desarropada.
Sin embargo, la justicia tiene que determinar si el papel que jugó Adkins fue determinante en la muerte.
Según publica dailymail.co.uk, Chanelle fue encontrada por los forenses desarropada y solo con un chándal en la planta baja de su casa.
La niña había tenido vómitos entre otros síntomas de que estaba enferma durante el día.
Su madre, que en principio había declarado que la niña estuvo junto a ella en la habitación, terminó por reconocer que la dejó sola mientras bebía y mantenía relaciones sexuales con un hombre al que conoció quince días atrás.
Adkins encontró a su hija fría y sin respiración a la mañana siguiente. Los médicos no pudieron hacer nada por reanimarla y la mujer fue declarada culpable y sentenciada a una pena revisable de 18 meses.
No obstante, después de que la autopsia determinase que la pequeña había fallecido de una «muerte repentina e inesperada», la justicia debe determinar en las próximas semanas si una rápida actuación podría haber salvado la vida de Chanelle.