Acción contra el Hambre y Save the Children han denunciado este miércoles que cada día mueren en el mundo 8.500 niños a causa de malnutrición, durante la presentación del segundo Informe Mundial de Nutrición coordinado por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IPFRI), impulsado por ambas organizaciones y en el marco de la celebración este viernes 18 de octubre del Día Mundial de la Alimentación.
En este sentido, el responsable de Salud y Nutrición de Acción contra el Hambre, Antonio Vargas, ha afirmado que «en 2013, cerca de seis millones de niños fallecieron por causas prevenibles relacionadas con la salud, de los cuales, 3,1 millones fallecieron por causas asociadas con la malnutrición».
Además, del Informe se desprende que un total de 161 millones de menores sufren raquitismo, enfermedad propia de la infancia, producida por una mala alimentación.
No obstante, Vargas ha señalado que «hay noticias para el optimismo» ya que «hoy hay 96 millones de niños menos con desnutrición crónica que hace 25 años y en solo un año 15 países más podrían cumplir con los objetivos de reducción de la desnutrición marcados para 2025 por la Asamblea Mundial de la Salud», aunque ha añadido que «los avances podrían ser mucho más rápidos».
El contrapeso: enfermedades por obesidad
Respecto a los datos que se desprenden del Informe sobre la situación de España, Vargas ha explicado que «no hay ningún menor que muera por desnutrición crónica en España», aunque se ha registrado «un aumento de sobrepeso y de obesidad, y un incremento evidente sobre enfermedades relacionadas con el sobrepeso infantil».
«Hay que seguir con especial atención el aumento de la obesidad, una nueva amenaza para la salud nutricional de la que no se salva ningún país en el mundo», ha afirmado.
En este sentido, el director de Cooperación Internacional de Save the Children, David del Campo, ha indicado que «al igual que hay una preocupación sobre las películas que ven los menores o sobre que los juguetes sean seguros, hay una desatención sobre lo que comen y sobre las consecuencias de su alimentación».
Además, ha subrayado que «la obesidad infantil es uno de los mayores retos que tiene, no solo los países desarrollados, también los países en vía de crecimiento importante».
«Cuando hablamos de obesidad infantil, estamos hablando de anticipar diabetes, anticipar problemas cardiovasculares y una serie de problemas que convierten a un niño de siete años en uno de 25», ha afirmado.
En la misma línea, el Informe, realizado por un grupo de expertos independientes, pone de relieve la necesidad de que los gobiernos de los países en desarrollo multipliquen por dos su financiación de intervenciones específicas en nutrición y pide a los países de la OCDE que multipliquen por cuatro esta inversión, financiando concretamente el paquete básico nutricional, que contiene diez intervenciones clave como la promoción de la lactancia exclusiva hasta los seis meses, la suplementación con vitamina A o zinc a niños o el tratamiento comunitario de la desnutrición aguda severa.
En este sentido, Vargas ha afirmado que el documento «presenta también nuevos datos reveladores sobre la rentabilidad de la inversión en nutrición: un euro invertido en programas específicos de nutrición tiene un retorno de 16».
Asimismo, Acción contra el Hambre y Save the Children han presentado una batería de medidas para mejorar el estado nutricional del mundo, desde la puesta en escala del tratamiento hasta la financiación de intervenciones específicas en nutrición y del enfoque integrado (que combina medidas relacionadas con el agua, el saneamiento y la higiene y los medios de vida), o la mejora en el seguimiento, reporte y rendición de cuentas de la inversión en nutrición.