Estaban practicando sexo en la flamante bañera de hidromasaje de su habitación, en el exclusivo y lujoso resort de Playa del Carmen, en México, cuando sobrevino la desgracia más inesperada: a él le dio un infarto fulminante y ella, se supone, murió ahogada bajo su cuerpo.
Era un matrimonio canadiense de sexagenarios, que acababan de llegar desde Nueva Escocia para asistir a la boda de su hija, este martes 10 de noviembre de 2015.
Charles Mackenzie y Dorothy Mackenzie, de 67 y 63 años respectivamente, no presentaban rastros de violencia, y la puerta de la habitación tampoco parece haber sido forzada.
Fue la hija de la pareja quien encontró sus cuerpos sin vida. Se preocupó porque sus padres no habían ido a desayunar, por lo que llamó a la habitación. Al no recibir respuesta por parte de ellos, pidió ayuda al personal del resort Playacar Palace. Fue así como pudo entrar en el cuarto. Eran las 10 de la mañana.
Una oficial que no pudo dar su nombre por no estar autorizado a hablar con la prensa aseguró a la agencia de noticias AP que las muertes fueron accidentales y sostuvo que el infarto del hombre fue lo que provocó también el ahogamiento por inmersión.
«NO SE ELECTROCUTARON»
David Rubeo, portavoz del resort, desechó la posibilidad de que hubieran muerto a raíz de un electrocutamiento provocado por el hidromasaje:
«El cuarto estaba perfectamente bien. Todo el equipamiento estaba funcionando perfectamente».