Nadie sabe cómo ha sido, pero ahí está: con los ojos como platos y medio lelo por la anestesia, mientras los médicos se afanan por extraerle no una muela, sino todo un teléfono móvil de alta gama.
Ocurrió en un hospital brasileño, donde el personal no dio desde luego muestras de una profesionalidad digna de encomio, ya que se tronchan mientars realizan la delicada intervención quirúrgica.
El paciente ‘glotón’ de última generación se recuperó satisfactoriamente tras la operación, aunque todavía no ha dicho esta boca es mía.