Huang, entró hecho un basilisco en una joyería ubicada en un barrio de Heshan (China), y todo le salió de pena.
Armado con un hacha, empiea a romper las vitrinas en presencia de la dependienta, hasta que sale el dueño y con una llave le deja inmovilizado y en el suelo hasta la llegada de la Policía. Una chapuza de robo.