La anciana rusa se maneja con soltura y en un abrir y cerrar de ojos pega el ‘atraco’ sin que nadie se entere de nada.
Al terminar su operación en la caja, la anciana sacó una bolsa y ni corta ni perezosa metió en ella el pequeño árbol de Navidad que decoraba la ventanilla donde la habían atendido. Lo que no queda claro es si en este caso la ocasión hizo al ladrón o la mujer tenía planeado el golpe desde hacía tiempo.