Según el relato de la adolescente, su captor abandonó la vivienda de la capital nipona donde la mantenía secuestrada sin cerrar con llave, momento que ella aprovechó para salir a la calle y realizar una llamada telefónica a su familia.
Fue la propia madre de la menor de edad la que, tras atender su llamada el domingo pasado, le pidió que se contactara inmediatamente con la Policía, que la encontró en las inmediaciones de una estación de metro cercana al lugar donde permanecía cautiva.
La Policía detuvo en la madrugada del lunes al presunto captor, Kabu Terauchi, en la ciudad de Ito, a unos 130 kilómetros de Tokio, mientras vagaba por la calle ensangrentado tras haberse autolesionado con un cúter en el cuello, según detalló el canal de televisión público japonés NHK.
Terauchi se encuentra en el hospital y pasará a disposición judicial más adelante, informó la agencia de noticias Kyodo.
El secuestrador se había graduado en este mismo mes de marzo en la carrera de Ingeniería por la Universidad de Chiba e iba a comenzar a trabajar próximamente, informó el centro educativo. Además, había obtenido una licencia de vuelo en una escuela de aviación de California (Estados Unidos).
La menor, que tenía 13 años cuando desapareció, había sido vista por última vez el 10 de marzo de 2014 mientras hablaba con un hombre frente a su casa.
De acuerdo con las autoridades niponas, el detenido concretó el secuestro engañando a la joven, a quien se acercó en la puerta de su casa y le dijo que sus padres se iban a divorciar y que él era el abogado. Una mentira con la cual logró que la adolescente se subiera a su automóvil.
Posteriormente se halló una nota manuscrita de la joven en el buzón de la vivienda familiar en el que ella pedía que no la buscasen, aunque la Policía igual pidió ayuda a los ciudadanos.
La adolescente le contó a la Policía que Terauchi la obligó a escribir esa nota, así como también una carta posterior en la que explicaba que no podría volver a casa «por algún tiempo» y que fue enviada por correo a su domicilio para hacer creer que se había fugado de su casa.
Desde entonces, la menor de edad fue retenida primero en un apartamento en Chiba (este de Tokio) y más tarde en otro ubicado en el céntrico distrito tokiota de Nakano, donde la Policía encontró el uniforme del colegio que vestía el día que fue capturada.
Las autoridades niponas creen que la joven estuvo secuestrada en este segundo lugar la mayor parte del tiempo, aunque también ha trascendido que en ocasiones salía a la calle vigilada por su captor.
Sin embargo, los vecinos que viven en el mismo edificio y que fueron entrevistados por el mencionado canal de televisión aseguraron no haber visto ni oído nunca a la joven.
Tras ser encontrada por la Policía, la adolescente, que aún llevaba consigo su tarjeta de estudiante, se sometió a un chequeo médico y posteriormente se reunió con su familia.
«Estoy realmente aliviado. Quiero aprovechar el tiempo con mi hija, y recuperar el tiempo que hemos perdido»,
afirmó el padre de la menor en un comunicado enviado a los medios de comunicación.
