Inky, un pulpo de un acuario de Nueva Zelanda, salió por la tapa de su pecera, llegó a las tuberías, por las que se deslizó 50 metros, y llegó al mar. Así consiguió la libertad, según recoge el diario The Guardian.
El personal del acuario afirma que por error dejaron entreabierta la tapa de la pecera de Inky, por lo que el animal aprovechó y en medio de la noche salió de su jaula, bajó al suelo y llegó a las tuberías que daban al mar.
«No creo que Inky no estuviera contento con nosotros. Los pulpos son criaturas solitarias. Pero él es curioso por naturaleza. Él querría saber lo que está pasando en el exterior. Así es su personalidad «,
afirma Rob Yarrell, el director del acuario.
La razón de que el pulpo consiguiera escaparse es que estos animales no tienen huesos y pueden entrar en espacios muy pequeños, como la tubería.
Reiss Jenkinson, uno de los trabajadores del acuario, descartó por completo la posibilidad de que alguien se llevara a Inky y lo dejara escapar.
«Entiendo la naturaleza del comportamiento de los pulpo muy bien», dijo Jenkinson.
«He visto pulpos en barcos deslizarse a través de bombas de sentina. La seguridad aquí es demasiado buena para que lo robaran, además, ¿por qué lo harían?»