Se pasó tres pueblos, y la ‘gracia’ le pudo salir muy cara, pero Jean-Michel Maire se ha ido de rositas.
Era tarde, después de muchas horas y el presentador, un ‘enfant terrible’ francés, suele hacer casi siempre lo que quiere.
Y le apetecía besar y como le dijeron que no en la boca, besó a la invitada en una teta.
Sucedió en 2018 y quizá gracias a eso, a que hace tres años los apóstoles de lo políticamente correcto y las fanáticas del ‘me too’ no tenían el peso que tienen ahora,
En cualquier caso, las autoridades que regulan la televisión francesa abrieron una investigación en toda regla a Jean-Michel Maire por besar en una teta a la actriz Soraya Riffy.
Maire le preguntó a Riffy si podía besarla, a lo que la artista se negó rotundamente.
Sin embargo, haciendo caso omiso de la petición de la mujer, el conductor del programa TPMP (Touche pas á mon poste!) desvió su intención hacia el pecho de la mujer.
Ninguno de los presentes -colegas, público e invitados- condenó la actitud del hombre, quien continuó alegremente con su programa.
Tras 250 quejas y denuncias recibidas, el Consejo Superior Audiovisual (CSA, por sus siglas en francés) investigó el caso como «ataque sexual».
El incidente se produjo cuando en el programa intentaban hacer una parodia del robo a Kim Kardashian, ocurrido en París 10 días antes.
Durante el sketch, Riffy interpretaba a la modelo y celebridad estadounidense. Maire supuestamente debía rescatarla.
Cyril Hanouna, otro de los conductores, le preguntó a la actriz si le daría a Maire un beso de agradecimiento por haberla «rescatado».
Soraya se negó explícitamente, pero al conductor pareció no importarle. Todos festejan, menos la mujer.
De acuerdo con las leyes francesas, el presentador podría haber una severa condena de ser encontrado culpable: hasta cinco años de prisión y una multa de 80 mil euros.
Se quedo en nada.
