Un niño de 13 años mató a balazos a uno de los cinco delincuentes que entraron a robar en su vivienda, ubicada en la localidad de Francisco Álvarez, a 50 kilómetros al oeste de Buenos Aires, según relató este miércoles su padre a medios locales.
Los ladrones accedieron al domicilio rompiendo una parte del perímetro alambrado, equipados con chalecos antibalas y con ametralladoras en torno a las 21.30 de la noche (00:30 GMT), cuando la madre del pequeño regresaba a casa, y exigieron dinero en efectivo.
El pequeño, que se encontraba en el dormitorio, escuchó la reyerta y, al ver la violencia con la que trataban a su madre y a un hermano menor, bajó a socorrerles con una escopeta de nueve milímetros que el padre guardaba en su cuarto.
NO PARA DE LLORAR
«El niño está mal, no para de llorar, está con un shock lógico para un niño de 13 años con la característica de haber matado a una persona», declaró Marcelo, el padre del menor, al canal Todo Noticias.
Según el padre del pequeño, se trata de un arma de caza totalmente legalizada.
En Argentina está permitida la posesión de armas para uso civil siempre que se encuentren perfectamente fiscalizadas ante la autoridad competente y el usuario cuente con una credencial de Legítimo Usuario de Armas de Fuego vigente.
El atracador, de 35 años, falleció en el acto de un tiro en la axila.
«Siempre se habla de que hay que agarrar y entregarles todo, pero la reacción al ser tan violentos o querer demostrar que eran violentos para amedrentar y sacarle algo que no tenían… pues el nene tomó esa decisión», explicó el progenitor.
Marcelo detalló también que sus hijos, de 11 y 13 años, cuentan únicamente con un manejo «básico» de seguridad, el habitual para cualquier familia que tiene un arma en casa, aunque están habituados a disparar en videojuegos como cualquier niño de su edad.
«La norma de seguridad básica es que no toquen eso, pero el nene, ante esa violencia, decidió hacer eso y no le puedo decir nada porque hay que estar en esas circunstancias», dijo el progenitor.
El hijo menor del matrimonio también recibió una bala perdida, fruto del tiroteo que se inició en la vivienda y que le rozó el cráneo, aunque se encuentra en perfectas condiciones pues, según su padre, los delincuentes dispararon en dirección contraria a su familia, posiblemente, para asustar al niño.
La casa está equipada con sistemas de seguridad aunque se encontraban desconectados en el momento del suceso.
Desde el pasado mes de diciembre la familia ya sufrió otros robos con violencia, el ultimo, hace escasamente un mes.
Actualmente el menor se encuentra en casa de un familiar y no quiere regresar al domicilio en el que sucedieron los hechos, por lo que la familia ya estudia junto a autoridades médicas la posibilidad de brindarle atención psicológica.
Las redes sociales ya se han volcado con el caso y apoyan el criterio de legítima defensa aplicado por el menor, que «a priori» comparten los investigadores.
La familia inició las gestiones para mudarse y evitar una posible venganza por parte de la banda o de los allegados del fallecido.
Este suceso se produce en un momento en el que la inseguridad ciudadana es una de las principales preocupaciones para los argentinos.