No acabaron todo achicharrados de puro milagro. Y todo por la inoportuna ventosidad de una treintañera japonesa, que se sometía a una intervención quirúrgica en el Hospital de la Universidad Médica de Tokio.
Según da cuenta ‘Asahi Shimbun‘, el suceso tuvo lugar el 15 de abril de 2016, y la flatulencia causó un incendio en el quirófano, quemando de gravedad a la paciente en la cintura y las piernas.
Al parecer, los cirujanos estaban aplicando láser en el cuello uterino de la paciente y la mujer iba un poco suelta. Así, esta liberación de aire, combinada con el haz de luz, habría comenzado el fuego.
Y es que los pedos contienen una combinación de dióxido de carbono, nitrógeno, oxígeno, hidrógeno y metano: los tres últimos gases son altamente inflamables.