El caso dio la vuelta al mundo, y rara es la persona que no oyó hablar del suceso en su día. La coprotagonista del mismo fue Lorena Bobbitt, quien durante una lluviosa y tormentosa noche del 23 de junio de 1993, le cortó el pene a su marido con un cuchillo de cocina en Manassas, Virginia, y luego lo arrojó a la calle por la ventanilla de su coche. Al parecer, la había violado tras llegar a casa borracho.
Mientras tanto, en su cama, se desangraba John Wayne Bobbitt, quien ahora ha roto un silencio de 23 años para dar cuenta de lo sucedido, y después de un dramático periplo existencial que le llevó incluso a participar en películas porno ayudado de una prótesis.
Como era de esperar, el incidente provocó en su día el final de su matrimonio y el inicio de un juicio que acaparó la atención de todas las cadenas de radio y televisión de los Estados Unidos, y el mundo. Lorena fue juzgada, pero fue absuelta ya que alegó locura temporal.
A los 49 años, el pobre hombre que ahora se gana la vida como taxista, aparecerá este sábado 24 de noviembre de 2016 en el programa ‘Scandal Made Me Famous’, cuyas primeras escenas aparecen en el vídeo que abre estas líneas:
«Miré hacia abajo y vi que había sangre por todos lados. Fue una cosa devastadora que te pasa de un momento a otro. El suicidio parece ser la única respuesta. No culpo a Lorena. Ambos nos dañamos. Le deseo lo mejor».
Como se recordará, tras la ‘ablación’ y la huida de la fiera fémina, que no se arrepiente ni de coña y que montó una fundación dedicada a la violencia doméstica llamada Lorena’s Red Wagon, los policías que intervinieron en el caso hallaron la parte del miembro que había sido seccionada y la trasladaron de urgencia al hospital donde se encontraba John.
Allí, los médicos -tras varias horas de cirugía- pudieron reconstruir su pene. Sin embargo, ya nada sería igual. Pronto Bobbitt se dio cuenta de que no podría tener sexo. Su virilidad había desaparecido.
Su inesperada fama, el caso y su estigma lo llevaron a tener que experimentar nuevas profesiones. Fue así como aceptó ser parte de la industria del cine porno. Sus películas fueron un éxito de taquilla. Sus apariciones públicas se multiplicaron y era invitado a diversos programas de televisión.
Su ex, en cambio, optó por un perfil mucho más bajo. Comenzó a trabajar en un salón de belleza, volvió a casarse y se cambió el nombre. Quería escapar de su pasado tormentoso. Durante el juicio, alegó que su ex marido abusaba de ella tanto física como sexualmente.
Durante una entrevista, explicó que tenía «una nueva vida» y que pretendía concentrarse en lo que era bueno para ella y rodearse de «gente positiva:
«Entendemos que ahora mi historia tiene algo de humor, pero también arrojamos luz sobre lo que es la violencia doméstica. Me encontré a mí misma en la calle con el pene en una mano y el cuchillo en la otra. Así que… esas cosas pasan. Estoy aquí para decirte y decirle a todo el mundo qué ocurre cuando un hombre abusa de una mujer».