La pequeña murió pocas horas después de que la doctora Joanne Rowe, de 53 años se negará a ayudarla por haberse retrasado cuatro minutos en su cita de emergencia.
La madre, Shanice, asegura que sólo llegaron cuatro minutos tarde a la consulta y en ese momento la médico le dijo a la recepcionista, «No, no la voy a ver, ha llegado tarde», a pesar de ser consciente de la grave situación.
La doctora fue suspendida seis meses con sueldo completo tras la muerte de Ellie en Newport y acordó elaborar un escrito en el que asegurase que no volvería a hacer una cosa así, según informa metro.co.uk.
Sin embargo, actualmente ha vuelto a desempeñar su profesión y trabaja como cirujana en Cardiff.
Este aspecto ha indignado a varias personas, por lo que los activistas están pidiendo una reforma de las audiencias del Consejo Médico General.
«Ni siquiera hemos tenido una disculpa de la doctora Rowe, que se escapó con sólo un tirón de orejas después de que su actitud haya llevado a acabar con la vida de nuestra hermosa niña», expone la abuela de Ellie-May.
«A ella se le ha permitido seguir adelante con su vida, conseguir otro trabajo y olvidarse de lo sucedido, pero nosotros sólo nos hemos quedado con dolor. A Ellie-May se le ha negado la vida que debería haber tenido», añade.