La sentencia de la Audiencia de Turín ha conmocionado al país que se debate entre lo injusto de quitar la patria potestad a unos padres al considerarlos incapaces de cuidar de una hija.
Luigi y Gabriella Deambrosis, de Casale Monferrato, se convirtieron en padres gracias a la fecundación asistida realizada fuera de Italia. A los dos meses de nacida la niña fue alejada de sus padres por una denuncia de abandono, que poco después se reveló infundada, según el periódico digital ‘Quotidiano‘.
La pequeña durante el litigio fue dada en adopción y desde hace cuatro años la pareja no han visto a su hija. El pasado mes de junio, un tribunal canceló la sentencia de permitió la adopción, pero el Supremo reenvió el caso a la Audiencia.
Ahora la niña con casi siete años, vive con su familia de adopción desde hace cuatro por lo que la Audiencia considera estos hechos importantes para su sentencia.
En esta considera que se «tiene en cuenta el estado actual de la niña…y del eventual trauma por una separación, aunque antes o después tendrá que explicarsele que sus padres son otros y cómo ha estado alejada de ellos», según ha explicado la abogada que defiende al matrimonio de Luigi y Gabriella Deambrosis.
La letrada criticó a la Audiencia por su falta de coraje, que no consideró a los padres como una pareja capaz de cuidar de su hija.
Para Anna Oliverio Ferraris, psicóloga de la Universidad de la Sapienza, en Roma, el caso revela la «derrota de la Justicia», que no es «capaz de intervenir de forma eficaz y rápida en dirimir controversias en las que están implicados niños».
La experta critica la lentitud en la intervención de la Justicia. «En la práctica, a los niños se les deja crecer sin que los conflictos sean resueltos, aunque la vida afectiva de ellos esté en juego».