Los Estados Unidos están conmovidos por la trágica muerte de un niño de 11 años que se suicidó al creer que su novia se había matado. El hecho ocurrió en la Península Superior de Michigan y está siendo investigado por la Policía local.
El 14 de marzo pasado, Tysen Benz recibió una serie de mensajes de texto macabros mientras estaba recostado en su habitación. Usaban Snapchat para comunicarse. Lo que leyó lo conmovió de tal manera que lo llevó a cometer suicidio. Se colgó de la parte interior en su ropero. En esos comentarios se informaba de la muerte de su novia
, apenas dos años mayor que él.
El fiscal general del Condado de Marquette, Matt Wiese, señaló que la preadolescente se hizo pasar por otra persona para engañar sobre su supuesta muerte a Benz. Ahora, la niña, cuya identidad no fue dada a conocer, enfrenta cargos por uso malintencionado del servicio de telecomunicaciones y el uso de un ordenador para cometer un crimen.
«El impacto que tuvo en el muchacho tiene una conexión lógica. Él lo hizo luego de la conversación vía texto», indicó Wiese.
El relato que realizó Katrina Goss, la madre de Tysen, de esa noche es escalofriante. Ese día había sido una jornada muy positiva para su pequeño. En el colegio las cosas marchaban bien, estaba contento. Fue por eso que le preparó unas rosquillas como a él le gustaban.
Luego, subió a su habitación. Al poco tiempo, Goss fue a saludar a todos sus hijos, pero su puerta estaba trabada. Tomó su llave y creyó que estaba jugándole una broma, que estaba escondido en algún lugar.
«Entré y creí que se estaba haciendo el tonto. Terminé encontrándolo en el closet… traté de ayudarlo y de levantarlo. Estaba a los gritos. Le pedí a mi hijo mayor que llamara al 911. Mi hijo más pequeño estaba chillando», fue el relato desesperante de la mujer a The Washington Post. Los paramédicos no pudieron revivirlo. Fueron tres semanas dramáticas en un hospital local. Finalmente, el jueves pasado murió.
Goss relató la manera que tenían de comunicarse por Snapchat y que eso lo llevó al suicidio. «Era tan inocente. Nadie le advirtió que era una broma», se lamentó la mujer. Los investigadores intentan ahora tener acceso a la aplicación para determinar el tenor de los textos que se enviaron recíprocamente. La niña utilizó la cuenta de otro amigo para hacer caer en la trampa a su ‘noviecito’. «La forma en que los niños utilizan las redes sociales en la actualidad en esta edad es terrible», añadió.
Wiese cree que el caso fue una desafortunada broma que terminó de la peor manera, pero indicó que también investigará si no se trató de un caso de cyberbullying. Michigan tiene una de las leyes más duras respecto de este tipo de acoso escolar y juvenil a partir del suicidio de un preadolescente de 14 años en 2002.