Lo que le pasó al conductor de este vehículo en la ciudad de Lampang, Tailandia, es de época.
Aparentemente, las serpientes que se sienten agredidas no solo muerden, sino que pueden saltar una altura considerable para un reptil que no cuenta con patas.
Afortunadamente, los reflejos de quien conducía el vehículo lo salvaron de recibir una picadura que pudo haber sido de consideración.