Consideramos que llega la muerte cuando el corazón deja de latir, o bien, el cerebro deja de funcionar. De hecho, todos morimos por una parada cardio respiratoria, eso si, dicha parada puede ser provocada por infinidad de circunstancias.
La investigación filosófica de la muerte humana se ha centrado en dos cuestiones fundamentales: ¿Qué es la muerte humana? y ¿Cómo podemos determinar que ha ocurrido? La primera pregunta es ontológica o conceptual. La respuesta a esta pregunta consistirá en una definición (o conceptualización). Los ejemplos incluyen la muerte como el cese irreversible del funcionamiento del organismo y la muerte humana como la pérdida irreversible de la personalidad. La segunda pregunta es epistemológica. Una respuesta completa a esta pregunta proporcionará tanto un estándar general (o criterio) para determinar que ha ocurrido la muerte como pruebas clínicas específicas para mostrar si el estándar se ha cumplido en un caso dado. Ejemplos de estándares para la muerte humana son el estándar cardiopulmonar tradicional y el estándar de todo el cerebro. En la medida en que las pruebas clínicas son principalmente una preocupación médica, la presente entrada las abordará solo de pasada.
La muerte por tanto es un proceso complejo que se produce tanto antes como después de declarar la muerte de una persona. Algunas investigaciones han incluso llegado a demostrar que determinados genes continúan activos horas o días después del óbito, tanto en humanos como en animales.
En ocasiones, el rigor mortis ayuda a determinar si un cuerpo se ha movido después de la muerte. Si se encuentra un cuerpo en una posición inusual, por ejemplo, una que no podría haberse mantenido bajo la influencia de la gravedad durante la relajación primaria de los músculos después de la muerte, esta posición implica que el cuerpo se ha movido después del desarrollo del rigor mortis.
El rigor mortis puede dificultar el examen de las palmas y la cara interna de los dedos, por lo que las marcas actuales o las lesiones de defensa localizadas aquí pueden pasarse por alto.
Se puede observar una dilatación anal marcada post mórtem, particularmente en niños. Como se mencionó anteriormente, cuando ocurre la muerte y antes del inicio del rigor mortis, la musculatura de todo el cuerpo pierde su tono. En los niños, el rigor mortis puede reparar un orificio anal dilatado y este hallazgo puede persistir después de que el rigor mortis haya desaparecido. La dilatación anal no es, por tanto, un marcador suficiente de abuso anal con penetración.
La relajación muscular inmediatamente después de la muerte con apertura de los ojos y la boca y posterior fijación en rigor mortis a menudo ocurre después de la muerte, dando al rostro la apariencia de una mueca. Sin embargo, a pesar de las creencias comunes, el rostro de un difunto no refleja si los últimos momentos del individuo fueron de miedo o espanto.
«La muerte celular ha sido ampliamente estudiada, pero se sabe mucho menos sobre la muerte de los organismos como un todo, cómo ocurre, qué la activa, cuándo comienza y cuándo acaba», explica en un comunicado David Gems, investigador en el UCL y primer autor del estudio. «Pero comprender todo esto es extremadamente importante para entender las enfermedades mortales en humanos, especialmente las causadas por el envejecimiento».
