VíDEO: Secretos de la Iglesia Mormona

El injusto castigo de la Iglesia Mormona contra la mujer que desvela una ‘aberración oculta’

Tras 34 guardando el secreto, McKenna Denson ha confesado una de las páginas más oscuras de la organización religiosa

El injusto castigo de la Iglesia Mormona contra la mujer que desvela una 'aberración oculta'
McKenna Denson

McKenna Denson tiene 55 años, pero desde hace 34 años venía guardando un aberrante secreto. Ese que la condicionó gran parte de su vida. Ese que le quitó algo que nunca recuperó.

Y la hizo alejarse de allí, de Chandler, Arizona, donde la pesadilla se hizo realidad, mientras sus sueños eran otros.

El domingo 2 de septiembre de 2018, de pie frente a su antigua congregación, le puso nombre al «depredador sexual».

Un nombre que todos conocían: Joseph Bishop, antiguo líder de la Iglesia Mormona a la que ella fielmente concurría y donde en el pasado buscó contención espiritual.

Denson vive en Pueblo, Colorado. En total son 1.125 los kilómetros que condujo para llegar hasta la iglesia de su infancia y adolescencia. Donde, según dijo, Bishop desterró para siempre su inocencia. (Los mormones rompen su centenaria relación con los Boy Scouts)

«Soy una visitante. No vivo aquí, vivo en Colorado«, comenzó su presentación la mujer, quien dijo estar allí para dar su testimonio y depositar su «confianza y amor en el Salvador».

«La Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles encubren a un depredador sexual que vive en su barrio. Su nombre es Joseph Bishop. Era el presidente en 1984, cuando me violó en el sótano del Centro de Entrenamiento Misionario«.

Eso lanzó la mujer ante la incredulidad del público, mientras dos cámaras de los móviles grababan su exposición. (Breve vídeo para comprender cómo ven el mundo los mormones)

En ese momento, los nervios comenzaron a apoderarse de todos. Los miembros de la Iglesia se pusieron de pie. Una mujer cortó la grabación de una de las cámaras, mientras un hombre se paró junto a Denson, la tomó del brazo y quiso apartarla del micrófono.

«Quisiera hablar con usted», le susurró al oído.

La mujer replicó:

«Absolutamente, me encantaría hablarlo después».

Denson ya había acusado a Bishop de violación ante la Justicia. Fue en agosto pasado. Pero el antiguo líder espiritual rechazó la denuncia.

Sin embargo, su voz quedó grabada confesando que pudo haber ocurrido. Luego, ante la policía, el pastor admitiría que le había pedido a la por entonces joven mujer que le mostrara sus senos. Tan solo eso.

Pero el registro reproducía otra cosa. Denson lo acusó de romper su blusa, subirle la falda y tratar de violarla en la pequeña habitación del sótano, según la grabación. En la misma cinta, Bishop dijo no recordar nada de aquello, sin embargo se disculpó por su conducta, diciendo que luchó toda su vida con una «adicción sexual».

Pero lo que nadie esperaba era que la mujer se hiciera presente ante el resto de los fieles y relatara el tormento por el que asegura haber pasado. De acuerdo con las palabras de Denson, su victimario estaba entre el público que escuchó su denuncia. Sentado, lo miró a los ojos mientras contaba su terrible verdad.

El abogado de Bishop, Andrew Deiss, rechazó las acusaciones en un breve diálogo con el diario The New York Times.

Dijo que no «asaltó sexualmente» a Denson, «no tiene un historial de asaltos sexuales» y que «no trató de ninguna manera de cubrir las acusaciones de inconducta en su contra».

Insólitamente, la Iglesia Mormona se quejó… ¡de Denson! El vocero nacional de la congregación, Eric Hawkins reprochó a la mujer por «interrumpir la ceremonia por una causa personal», según The Washington Post.

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