G. M. M., también dominicano y 18 años mayor que ella. El asesino esperó a que la mujer abriera el comercio para irrumpir por sorpresa y asestarle al menos cinco puñaladas: tres de ellas en el tórax, una en el cuello y otra en una mano.
Días antes, la víctima le había revelado a una amiga la difícil situación:
«Tengo miedo, no para de amenazarme».
Ni la hora -alrededor de las 11 de la mañana- ni el lugar -una humilde peluquería del barrio de San Cristóbal de los Ángeles (Villaverde)- habían sido escogidos al azar.
Allí, en la calle de Beniferri, 91, Jhoesther, una dominicana de 31 años, que se había venido a España a buscarse la vida y dejaba al otro lado una niña de dos años.
El miserable no soportó que ella lo dejara tras descubrir que estaba casado.
La peluquera, que trató de defenderse como pudo -provocándole a su asesino una herida incisa en la muñeca- salió a la calle para pedir ayuda segundos antes de desplomarse.
«¡Me van a matar, me van a matar!»
Jhoesther descubrió que su amante, de la misma nacionalidad y bastante más mayor (49 años), estaba casado. Y entonces decidió dejarlo. Le dijo que no lo quería ver más. Pero él no lo soportó:
“Se obsesionó con ella”.
La Policía Nacional española ha detenido al asesino, que tiene 49 años y responde a las siglas G. M. M.