Un grupo de jóvenes rusas han sido las protagonistas de un nuevo selfie catastrófico. Un grabado de Salvador Dalí de la serie «Caprichos«, propiedad de un coleccionista privado, resultó dañado cuando varias jóvenes intentaban sacarse una selfie en una galería de la ciudad rusa de Yekaterimburgo. (Estas aficionadas rusas responden con creatividad a los islandeses que cantaron ‘Kalinka’)
También resultó afectado el marco y el cristal que protegía un aguafuerte de Francisco de Goya, que se encontraba colgado en el mismo panel que el cuadro de Dalí.
El centro culpó a «cuatro» chicas que «se comportaron de manera no muy apropiada» y como resultado dañaron los cuadros que se encontraban entrelazados uno con otro.
Две девушки уронили картину Сальвадора Дали, когда попытались сделать с ней селфи pic.twitter.com/ZAzQdO5dIu
— IZ.RU (@izvestia_ru) 1 de noviembre de 2018
Según el video divulgado por la prensa local, al intentar sacarse una selfie las jóvenes provocaron la caída del panel, que aplastó en su caída a los dos cuadros de la exposición «El sueño de la razón».
El estruendo asustó a las jóvenes, que abandonaron el local con celeridad, aunque las autoridades no se plantean demandarlas al considerar que no hubo mala intención. (Esta bailarinas futboleras rusas vieron así el Rusia-España en los bastidores del Teatro Bolshói)
El dueño del museo, Oleg Gúsev, adelantó que recurrirá a la Galería Tretiakov de Moscú para estimar el grado del daño causado y el coste de la restauración del cuadro.
En medios periodísticos rusos se ha sugerido que el dueño del grabado es el propio Gúsev, un empresario enamorado de España y de su cultura, en particular de los lugares vinculados con Dalí y Picasso.