El director del instituto forense en Colombia, Carlos Valdés, renunció tras admitir un inusual error en la investigación sobre la muerte de un testigo clave en la trama de corrupción de Odebrecht. (La corrupta Odebrecht, inhabilitada por 10 años en Colombia )
«He presentado mi renuncia porque mi trabajo de ocho años al frente del instituto no tiene porqué verse manchado», declaró Valdés en conferencia de prensa.
Valdés, jefe del Instituto Medicina Legal,se vio forzado a dejar su cargo tras aceptar que se equivocó en un procedimiento relacionado con la pesquisa de la muerte de Jorge Pizano, testigo en el caso Odebrecht y quien dejó grabada una entrevista que compromete al fiscal general. (Odebrecht Colombia: Tres días después de la muerte de un testigo clave del caso, muere su hijo envenado con Cianuro)
Pizano, ex auditor del consorcio que Odebrecht formó con la local Corficolombiana para construir una millonaria autopista, falleció el 8 de noviembre.
Tres días después su hijo Alejandro murió envenenado con el cianuro que bebió de una botella de agua que encontró en el escritorio de su padre. Ambas muertes están bajo investigación.
Tras un primer examen, Valdés descartó rastros de cianuro en los tejidos conservados del ex auditor –cuyo cuerpo fue cremado– y en una toalla con sangre de Pizano que le entregaron agentes de la fiscalía. Sin embargo, reconoció que la mancha no era de sangre.
«Mi equivocación obedeció a que, por las características iniciales de la mancha, asumí que se trataba de una mancha de sangre. Cometí el error de nunca preguntar su origen a los laboratorios«, declaró a periodistas.
En su entrevista póstuma, Pizano aseguró que el entonces abogado y fiscal general, Néstor Humberto Martínez, supo de las irregularidades del consorcio y no las denunció.
El exauditor tenía una relación personal y profesional con Martínez, quien trabajaba como abogado del influyente banquero Luis Carlos Sarmiento, dueño de Corficolombiana.
La Corte Suprema de Justicia nombró un fiscal especial para que asuma la investigación.
Según la fiscalía, Odebrecht pagó en Colombia 32,5 millones de dólares en coimas a cambio de obras, una práctica que llevó a cabo en al menos 12 países.
Seis personas han sido condenadas en el país por la trama de corrupción, que destapó internacionalmente la justicia estadounidense.