El juicio de Joaquín EL Chapo Guzmán, está la fase más íntima y novelística de la vida del capo, en momentos en los que se mezcla toda la faceta sentimental ante los ojos del juez Brian Cogan, el jurado, los testigo y el público asistente, que solo paga el precio de hacer cola.(‘Chapodiputada’ declara que ‘El Chapo’ la amenazó de muerte: «A veces lo quería, a veces no»)
El Chapo mira a un lado, y ahí está su esposa, Emma Coronel, entre el público, en el banco reservado a los familiares del acusado. Mira hacia el otro y sentada en el estrado de los testigos, vestida con el mono de los presidiarios, se topa con Lucero Sánchez, también conocida como “la chapodiputada”, ya que fue amante del célebre narco y legisladora en el estado de Sinaloa.
“Hasta el día de hoy estoy confundida porque creía que era una relación de pareja”, confiesa Sánchez, residente en una cárcel estadounidense desde hace 18 meses como presunta traficante, al poco de iniciar su testimonio de cargo en el papel de arrepentida.(Ex amante de «El Chapo» testifica y da nuevos detalles sobre su relación con el capo)
Así que él, Joaquín Guzmán Loera, de 61 años, rodeado por esas dos mujeres, ambas de 29, con las que compartió la misma época de fugado, opta por agachar la cabeza y tomar notas o fijar su mirada al frente, como si escrutara al jurado, viendo todo y viendo nada.
Ni siquiera el juez Cogan ha podido librase de los giros de esta narración trágica con momentos de comedia. Al magistrado se le escapó una sonrisa al oír la versión de Lucero Sánchez de aquella madrugada del 17 de febrero.(Emma Coronel: La esposa de ‘El Chapo’ muestra todo en unos ajustados leggins)
Era ella –“tu hermosura”– la que estaba en la cama con el Chapo, y uno de sus secuaces les gritó: “Nos cayeron”. Los marines y los de la DEA les habían localizado. La pareja y otros asistentes escaparon por el agujero que se abrió al levantar la bañera. Debido a las prisas, al anfitrión no le dio tiempo a vestirse y salió desnudo a la carrera. Murmullos de ja, ja, ja.
Sánchez tenía 21 años al conocer al acusado, que la metió en el trapicheo de marihuana en medio de mensajes sembrados de promesas de amor y amenazas mortales. En esos textos parece confirmarse el rumor de que tuvieron un niño. “Este es tu hijo”, escribió ella en el 2012. “Besos a Rubencito”, replicó él.
Tras el parón para comer, Sánchez sufre una crisis emocional y de llanto al regresar al estrado y enfrentarse otra vez al procesado. El juez la da cinco minutos de respiro. Emma Coronel, la esposa oficial, se ríe sin tapujos.(La rutina diaria de ‘El Chapo’ mientras estaba oculto en Sinaloa)
Según la portada del diario Metro de Ciudad de México: “Dos mujeres, un Chapito”.
El interrogatorio de Sánchez, que continúa mañana (este lunes 21 de enero es festivo), puso la guinda a una de las semanas más espectaculares en el par de meses que se lleva celebrando la vista oral.