«Les voy a pedir que las fuerzas armadas estén en sus cuarteles, que no queremos ver en este momento militares en las calles», dijo Zelaya el viernes en una entrevista con la cadena Telesur. «Les vamos a dar la orden y la vamos a dar por escrito. Queremos ver si sigo siendo su comandante general, queremos ver si la cumplen», añadió.
Zelaya no especificó si ordenaría a los militares quedarse en sus bases a partir del viernes o sólo el domingo, pero señaló que sería la policía y no los militares quienes les darán «seguridad a las urnas».
Aunque el mandatario llegó a apuntar la posibilidad de que se estuviera dando un golpe de estado, su último mensaje ha sido más conciliador en este sentido: «El golpe se ha conjurado, el país está en tranquilidad».
Y tanto es así que horas después, Zelaya anunciaba que Vásquez se mantiene en el cargo del que fue desposeído: «Es cierto, yo anuncié su destitución, pero no he nombrado a ninguna persona. Él sigue al mando del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, ya hizo sus manifestaciones de obediencia y disciplina», indicó el presidente en una entrevista.
La Corte Suprema pide su destitución
Sin embargo, su decisión ha provocado igualmente un terremoto en el seno de la política y la justicia. Y es que varios legisladores del opositor Partido Nacional dijeron que una comisión multipartidaria nombrada por el Congreso para investigar al presidente concluyó que ha violado las leyes, por lo que pedirían al parlamento de 128 miembros declararlo incompetente e iniciarle un proceso legal.
«En lo que coincidimos es en declararlo incompetente para seguir gobernando el país», dijo el diputado del Partido Nacional Wilfredo Bustillo, integrante de la comisión en donde también está presente el gobernante Partido Liberal. «Eso es lo que se va pedir ante el pleno del Congreso» unicameral, agregó.
Vásquez pide diálogo
El general Romeo Vásquez, protagonista indirecto del conflicto, afirmó que la situación política del país «sigue siendo difícil, pero es superable mediante el diálogo».
El militar, que sigue al mando pese a la decisión del presidente, expresó que la presencia del Ejército en las calles en Tegucigalpa se mantiene porque «la situación sigue siendo difícil», pero aseguró que espera que la tensión vaya bajando y los políticos la controlen.
Desde que el presidente de Honduras destituyera al jefe de las Fuerzas Armadas por negarse a apoyar su reforma constitucional, centenares de militares han sido desplegados en las calles para evitar eventuales disturbios por parte de grupos que respaldan esos cambios legales.
La OEA investiga la situación
Para mediar en el conflicto, Honduras logró el apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA) para preservar la institucionalidad democrática del país mediante el envío de una misión que analizará la situación política y promoverá una solución democrática a la crisis a través del diálogo.
El Consejo Permanente, convocado de urgencia a una sesión extraordinaria a petición de Honduras, aprobó por aclamación una resolución que refleja el apoyo de los países del continente americano a Honduras ante la inestabilidad política e institucional por la que atraviesa.
El texto fue adoptado por consenso tras cuatro horas de negociaciones en la sede de la OEA en Washington, después de que el embajador hondureño, Carlos Sosa advirtiera de que «la institucionalidad democrática y el ejercicio legítimo del poder están en riesgo» en Honduras.
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