La caída de Isabel Allende: un golpe histórico para la izquierda chilena

Este jueves 3 de abril de 2025, el Tribunal Constitucional (TC) de Chile dictaminó la destitución de Isabel Allende Bussi, hija del expresidente Salvador Allende, poniendo fin a su carrera legislativa tras tres décadas en el Congreso. La decisión, que inhabilita a Allende para ejercer cargos públicos por dos años, fue adoptada tras un requerimiento presentado por el Partido Republicano y la coalición Chile Vamos, quienes argumentaron que la senadora infringió el artículo 60 de la Constitución al suscribir contratos con el Estado vinculados a la compra de la histórica casa de su padre.

El inmueble, que iba a ser transformado en un museo dedicado al legado del expresidente Allende, se convirtió en el epicentro del conflicto político que culminó con esta resolución. La operación fue criticada desde sus inicios por sectores opositores, quienes denunciaron irregularidades y potenciales conflictos de interés en la transacción. Este caso es único en los anales del TC chileno, ya que nunca antes se había interpretado dicho artículo constitucional para destituir a un parlamentario en ejercicio.

Isabel Allende: una trayectoria marcada por su legado familiar

A lo largo de su carrera, Isabel Allende no solo representó a millones de chilenos como diputada y senadora, sino que también personificó los ideales y valores del socialismo democrático impulsados por su padre. Desde su elección como diputada en 1993 hasta alcanzar un escaño en el Senado por Atacama y posteriormente por Valparaíso, Allende se consolidó como una figura clave dentro del Partido Socialista (PS) y una defensora incansable de los derechos humanos y la memoria histórica.

Su destitución no solo significa un golpe personal, sino también simbólico para una izquierda chilena que aún enfrenta las consecuencias del golpe militar de 1973. “La memoria del presidente Allende permanecerá intacta. Hoy no habrá museo, pero su legado seguirá vivo”, afirmó Isabel Allende en un comunicado tras conocerse el fallo.

La controversia detrás del fallo

El caso comenzó a gestarse a fines de 2024, cuando el Gobierno liderado por Gabriel Boric anunció la compra de varias propiedades emblemáticas, incluida la casa de Salvador Allende. Sin embargo, tanto Isabel Allende como su sobrina Maya Fernández, entonces ministra de Defensa, estaban directamente involucradas como herederas legales y funcionarias públicas activas, lo que contravenía las leyes chilenas sobre conflictos de interés.

La oposición utilizó este hecho para cuestionar duramente al Ejecutivo y a las figuras asociadas al proyecto socialista. En medio del escándalo político, Boric cesó a varios miembros clave de su gabinete y defendió públicamente a Isabel Allende: “Tengo plena certeza de su integridad; jamás buscó ventajas personales”, declaró este viernes durante una visita oficial en India.

Pese al respaldo presidencial y las declaraciones en defensa de su gestión, el TC resolvió por amplia mayoría acoger el requerimiento. Según los parlamentarios opositores, este fallo “marca un precedente necesario para reforzar la transparencia institucional”.

Impacto político y futuro incierto para la izquierda chilena

La salida forzada de Isabel Allende genera profundas repercusiones dentro del Partido Socialista y más allá. Con 80 años cumplidos y una trayectoria que parecía destinada a concluir con honores en 2026, esta destitución deja a uno de los pilares históricos del PS fuera del tablero político justo cuando Chile atraviesa un periodo crítico marcado por tensiones sociales y económicas.

Además, la decisión agudiza las divisiones ideológicas entre los sectores progresistas del país. Mientras algunos defienden que este episodio evidencia una persecución política contra figuras emblemáticas del socialismo chileno, otros consideran que refuerza la necesidad de renovar liderazgos dentro del PS y adaptarse a las demandas éticas actuales.

Reflexiones finales: ¿Un legado mancillado o fortalecido?

La caída política de Isabel Allende plantea interrogantes sobre cómo se recordará su figura en el panorama político chileno e internacional. Si bien enfrenta críticas por las circunstancias que rodearon su destitución, su rol como embajadora del legado histórico-socialista sigue siendo indiscutible. Para muchos chilenos, sigue representando los valores democráticos que Salvador Allende defendió hasta sus últimas horas.

En este contexto incierto, lo único claro es que este episodio marca un antes y un después para Chile y su izquierda política. A medida que avanzan los días posteriores al fallo judicial, queda por ver si este será recordado como una página oscura o como una oportunidad para regenerar un movimiento político históricamente asociado con los sueños democráticos del pueblo chileno.