Matt Lieberman, un neurocientífico de la Universidad de California, ha compartido en las redes una fotografía que está dando la vuelta al mundo. En la instantánea aparece una tartaleta de fresas, pero el color que vemos no es en realidad lo que es ya que nuestro cerebro nos está engañando.
La imagen publicada en Twitter es un juego visual que engaña a nuestro cerebro. Junto a la fotografía, el neurocientífico escribió: «Esta foto no tiene ningún píxel de color rojo. Gran demostración de la constancia del color»
Aunque parezca que las fresas son rojas, todo se debe a un curioso fenómeno de percepción del cerebro ya que éste mantiene el mismo tono de color de los objetos aunque la fuente de luz cambie y sea diferente.
Para comprobar el color de las fresas que en un principio se aprecian rojas, hay que ampliar la fotografía para ver las distintas tonalidades de azul de las que están compuestas.
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