Lo atan a un cochón con cuerdas y le prenden fuego. Es la atroz agonía de un preso de una de las cinco cárceles del estado brasileño de Ceará, donde durante estos últimos días se han registrado una serie de motines que han coincidido con una huelga de agentes penitenciarios.
Los disturbios, han dejado al menos 14 muertos, según fuentes oficiales.
La Secretaría de Justicia y Ciudadanía de Ceará informó de la identidad de ocho fallecidos, todos ellos presidiarios, mientras que otros seis aún no han sido identificados.
Según medios locales, la Policía encontró al menos cinco cadáveres carbonizados.
Los fallecidos eran hombres de entre 21 y 46 años, uno de ellos había sido condenado por un hurto y el resto cumplía penas por delitos como robo, homicidio y tráfico de drogas.
En las cárceles, todas ubicadas en el entorno de Fortaleza, la capital regional, los internos incendiaron los colchones y destruyeron parte del mobiliario.
Una operación de policías y agentes penitenciarios encontró un túnel en la cárcel Agente Luciano Andrade Lima, aunque no se han notificados fugas de presos.
El gobernador de Ceará, Camilo Santana, solicitó el apoyo de la Fuerza Nacional de Seguridad, un cuerpo de elite formado por policías de todo Brasil, con el objetivo de retomar el control de las prisiones.
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