La mujer de 32 años, cuya identidad no ha trascendido, ha sido condenada a 11 años de prisión, por un tribunal de Pretoria, en Sudáfrica, al considerarla culpable del asesinato de una niña de tres años.
La homicida la golpeó con una piedra hasta provocarle la muerte y después ocultó el cuerpo en el jardín de su casa, cubriendolo con láminas de metal, según ha publicado .
Mientras tanto, la familia de la niña asesinada la buscaba desesperadamente.
La mujer ha contado a los jueces que encontró a la niña desvanecida medio desnuda y se dio cuenta de que su hijo la había violado. Pensó en rociarla con agua, pero no lo hizo, porque si se despertaba iba a contar a todos lo que había sucedido.
«Tomé una piedra y la golpeé en la cabeza hasta matarla. La escondí en la parte trasera de mi jardín. Hice todo esto porque mi hijo la había violado y no quería que nadie se enterase. Quemé la chaqueta y los zapatos. Cuando sus parientes fueron a mi casa a buscarla les dije que no sabía dónde estaba.», declaró la mujer.
El violador fue enviado por su madre al día siguiente a la escuela, pero no pudo ocultar lo ocurrido y se lo contó a su tía.
No será juzgado, porque la Ley en Sudáfrica no lo considera penalmente responsable de sus acciones al ser menor de edad.
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