La foto circula con furor por las redes sociales, aunque los pudorosos de turno han preferido cubrir con un tupido velo lo que el cocodrilo tiene entre dientes, y que no es otra cosa que un testículo hinchado por la situación.
En todo caso, según aseguran quienes han visto la imagen sin retoques, -y que fue enviada a ‘NT Noticias‘ en la localidad australiana de Darwin por una mujer desconocida- es totalmente real.
Según un experto local en cocodrilos y dueño del ‘Cocodrilys Park’, el ilustre profesor Graham Webb, la víctima corre el riesgo de acabar con una infección de mucho cuidado, ya que los dientes de estos bichos transmiten una bacteria que no es moco de pavo.
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