Ahí están, entre sábanas rojas y más colorados que un tomate, pero tienen que cumplir mal que les pese, o les ponen el culo morado.
Son unos recién casados chinos vecinos de Zizhou, ciudad situada en la provincia de Shaanxi.
Entre risas de compromiso obedecen las indicaciones de sus descontrolados invitados, tras el banquete, que les han obligado a acostarse y a practicar ante ellos sexo.
Es la nueva moda que impera, y no queda otra.

Una mujer, con una cogorza de espanto, les ‘guía’: «Súbete a su cuerpo, ahora», «¿Están unidos el uno al otro?». De traca.

El vídeo se popularizó en Weibo, la principal red de China. Los comentarios son de todo tipo, pero muchos se indignaron ante semejante espectáculo: «Es aterrador. No quiero casarme».
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