Las llamadas ‘zona de exclusión», concentradas sobre todo en los suburbios del este de París, son quizá el resultado de un proceso corrosivo iniciado hace 50 años, cuando en la década de 1960, tras la guerra de Argelia, el presidente Charles de Gaulle dirigió el país hacia unas relaciones más cercanas con los países árabes y musulmanes.
Los ‘trabajadores invitados’ de Argelia, Marruecos y Túnez, se han venido ahora arriba tirando por tierra las esperanzas de miles de franceses, que ven cómo su país marcha inexorablemente hacia el abismo, donde les esperan con los dientes afilados la gente del África subsahariana que se han unido a los que venían de regiones árabes.
Y los recientes disturbios que afectan a más de veinte ciudades de toda Francia, son buena muestra de como se las gastan: coches en llamas, tiendas y restaurantes saqueados y un sinfín de desmanes en un polvorín cuya mecha se prende por cualquier nimiedad.
La Policía tiene órdenes de no intervenir. El vídeo que acompaña a estas líneas, -grabado hace unos años-, muestra hasta qué punto los inmigrantes campan a sus anchas y le han perdido el miedo a las autoridades. Las imágenes hacen referencia a la investigación de una violación por parte de algunos agentes, que a punto están de ser linchados por una horda musulmana armada con gases lacrimógenos y bates de beisbol. Al final ponen pies en polvorosa, haciendo amago de empuñar sus armas.
Marine Le Pen, quien advierte de la islamización de europa, Emmanuel Macron, François Fillon, Benoît Hamon y Jean-Luc Melènchon han protagonizado durante las próximas tres horas un intenso debate en el que se han tratado en profundidad cuestiones en política económica, social e internacional.
Todos han comenzado con una absoluta declaración de intenciones. En una intervención de un minuto, los cinco han tenido que explicar por qué motivo deberían convertirse en el próximo presidente de la República el próximo 7 de mayo, fecha en la que se celebrará la segunda vuelta electoral.
Jean-Luc Mélenchon ha tirado de optimismo y ha advertido que él será el «próximo presidente de la República» a pesar de que todos los sondeos le otorgan únicamente la quinta posición. Por su parte, el socialista Benoît Hamon ha advertido que él será un presidente honesto, justo e independiente de los lobbies. Por último, la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, ha advertido que en esta ocasión sí conseguirá ser la presidenta a pesar de que el resto de las fuerzas intenten aliarse para arrebatarle el número de apoyos necesarios para dejarla en segunda posición en la segunda vuelta.
La seguridad, la prioridad de todos los candidatos
Después de haber mostrado su posición con respecto al sistema educativo resaltando la necesidad de reforzar el aprendizaje del francés por encima de otras lenguas ante la llegada masiva de inmigrantes, -tal y como ha advertido la líder del Frente Nacional-, los candidatos han entrado de lleno en una de las cuestiones que más preocupan a todos los candidatos: la seguridad.
Todos coinciden en un punto: es necesario reforzar las condiciones laborales y de seguridad de la Policía, aumentando el número de efectivos así como el número de recursos.
«Tenemos que implementar el derecho de los policías a actuar en legitima defensa. Pero no sólo eso. Es necesario reforzar el sistema penitenciario».
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