(EFE).- La extradición a Estados Unidos del colombiano Juan Carlos Ramírez Abadía, alias «Chupeta», el presunto jefe del narcotráfico que fue capturado el martes en la ciudad brasileña de Sao Paulo, podría presentar trabas legales en Brasil.
El portavoz de la Embajada de Estados Unidos en este país, Richard Mei, afirmó hoy a los medios locales que la Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA) «formalizará» ante el gobierno brasileño la petición de extradición, amparado en el tratado suscrito entre Brasilia y Bogotá en 1965.
La DEA transmitió el 31 de julio al Tribunal Supremo de Brasil una petición de prisión preventiva con fines de extradición para Ramírez, solicitud que el 2 de agosto permitió abrir un proceso, pero no se llegó a emitir el mandato de captura con ese propósito.
El magistrado Eros Grau, quien abrió el proceso y recibió la petición inicial, deberá ahora considerar la solicitud que presentará Estados Unidos o dar seguimiento a los efectos legales de la orden de prisión, cumplida por las autoridades brasileñas bajo los cargos de lavado de dinero y falsificación de documentos.
La abogada Mariana Marguti explicó a Efe que la pena por este último delito varía entre tres y cinco años, mientras que por lavado de activos está en fase de aprobación legislativa un proyecto que amplia de 10 a 18 años le pana máxima.
La jurista de la Universidad Metodista de Piracicaba recordó que otra traba para la extradición de Ramírez es que las autoridades brasileñas no pueden hacerlo a países donde el recluso corra el riesgo de una condena a cadena perpetua o a la pena de muerte.
Ramírez Abadía tiene en Estados Unidos quince procesos abiertos por homicidio, además de los cargos por narcotráfico, concierto para delinquir y lavado de activos, condición que lo tenían como el narcotraficante más buscado en el mundo.
Sobre la recompensa de cinco millones de dólares ofrecida por el gobierno estadounidense por la captura de «Chupeta», las autoridades estadounidenses verificarán si la prisión del colombiano se realizó por informaciones particulares o si fue una operación conjunta entre las policías de ambos países.
El comisario de la policía brasileña Getulio Bezerra comentó al respecto que «no somos cazadores de recompensas, cumplimos nuestra obligación por deber de oficio».
«Pero si ellos, en un gesto de buena voluntad, quieren mandar el dinero, será bien empleado en el combate al crimen organizado», agregó.
Con cuatro operaciones de cirugía estética realizadas para cambiar de apariencia, tres de ellas en Brasil, donde vivía desde hacía tres años, Ramírez fue capturado el martes en una lujosa residencia en las afueras de Sao Paulo.
En la operación «Harapos», llevada a cabo en los estados de Santa Catarina, Paraná, Río Grande do Sul, Río de Janeiro, Minas Gerais y Sao Paulo, atendiendo 17 órdenes de prisión, se capturaron a 13 personas, entre ellas tres colombianos, mientras que otras cuatro, según la policía, huyeron a Colombia.
En la acción se confiscaron empresas dedicadas a bienes raíces, venta de lanchas y automóviles y propiedades, algunas con valor superior al millón de dólares, además de dinero en efectivo dividido en 55.000 reales (unos 28.946 dólares), 544.000 dólares (300.000 en la casa de Ramírez Abadía) y 250.000 euros.
