(Agencias/PD).-El presidente de Ecuador, Rafael Correa, obtuvo un contundente triunfo en las elecciones para la Asamblea Constituyente, con la que pretende instaurar en el país el «socialismo del siglo XXI» y redactar una nueva Carta Magna que le permita concentrar más poder.
El movimiento político de Correa, Acuerdo País (AP), habría logrado por lo menos 76 escaños en la futura Asamblea Constituyente, de un total de 130, según los sondeos en boca de urna.
Sin esperar los resultados oficiales, Correa se adjudicó anoche «un triunfo incuestionable» y, desde el Palacio de Carondelet, dijo que Ecuador había ganado «la madre de todas las batallas».
«El pueblo ecuatoriano ha vencido en la madre de todas las batallas», afirmó el presidente. El mandatario ratificó que pondrá su cargo a disposición de la Asamblea Constituyente y le pedirá al mismo tiempo que disuelva el Congreso, de mayoría opositora.
Correa, que asumió en enero, había amenazado con renunciar a la presidencia si su agrupación no obtenía un fuerte apoyo en los comicios realizados ayer, en los que busca refundar el país instaurando el «socialismo del siglo XXI».
Aliado del presidente venezolano, Hugo Chávez, y partidario del «socialismo del siglo XXI», Correa afirmó que su partido acepta «el triunfo con suma humildad y responsabilidad». Enfatizó que no irá tras un «proyecto totalitario, o peor, un proyecto extranjero», en referencia a las acusaciones de que busca seguir los pasos del mandatario venezolano.
La Asamblea Constituyente comenzará sus reuniones el 30 del actual y cuenta con un plazo de 180 días para redactar una Constitución, con la posibilidad de extender su tarea por 60 días más. Durante este período, el mandatario propuso que el Congreso, con el que se encuentra enfrentado desde su asunción y del que ha dicho que «no sirve para nada», tome un receso o suspenda su actividad.
«El Congreso no funcionará, no ha estado a la altura histórica del país», dijo el presidente, y descartó que esté en sus planes buscar la reelección ilimitada. «De las 500 prioridades que tiene el país de reforma constitucional, la reelección presidencial es la 501», dijo Correa.
Las elecciones para la asamblea, que tendrá poderes totales para modificar el esqueleto jurídico, institucional y económico, capitalizaron el descontento de la población con los partidos tradicionales, a los que se acusa de los problemas que aquejan a Ecuador, el país más inestable de la región.
El resultado de las urnas marca un giro radical a la izquierda en el quinto productor de crudo de América del Sur, lo que se traducirá en una Constitución con esa orientación.
La jornada electoral de ayer, en la que estaban habilitados para votar 9,3 millones de ecuatorianos, también representó un nuevo revés para la oposición, que según los analistas se ha mostrado incapaz de unificar su discurso y obstaculizar el proyecto de Correa, al que califican como un aprendiz de «dictador».
Estos grupos opositores fueron invitados ayer a sumarse al proyecto oficialista por el vicepresidente Lenín Moreno. «Sin duda va a haber una ideología [socialista], y es la que se ha planteado a la ciudadanía a través de la propuesta de gobierno», afirmó ayer Moreno.
El vicepresidente también pondrá su cargo a disposición de la Asamblea Constituyente e invitará a hacer lo mismo a los restantes poderes republicanos.
