(PL).- El PP siempre alimentó la duda de que el escaño que hubiera dado la mayoría absoluta a Manuel Fraga en las autonómicas gallegas del 19 de junio de 2005 se quedó en las sacas de los votos de los españoles residentes en Venezuela.
Aducen, desde entonces, que el caudillo Chávez retuvo papeletas que terminarían llegando fuera de plazo y que ello puso fin a quince años de hegemonía popular en Galicia.
En las próximas elecciones generales, con un práctico «empate técnico» entre las dos principales fuerzas políticas del país, el triunfo o el fracaso depende del destino de un puñado de votos repartidos por doce o trece provincias, donde «baila» un representante al Congreso de los Diputados.
De ahí que tanto PSOE como PP sean conscientes de la importancia del voto de los «ausentes» y éstos se conviertan en objeto de la precampaña electoral. El líder del PP, Mariano Rajoy, repetirá a partir de hoy el periplo que ya hizo en 2004, visitando Buenos Aires y Montevideo.
Venezuela, en ambos casos, ha quedado fuera de agenda por motivos obvios.
El caso es que en Argentina residen 258.517 «ausentes» con derecho a voto en las elecciones generales del 9 de marzo de 2008 (más que en muchas provincias españolas) y 40.954 en Uruguay, una «bolsa» de votos nada despreciable.
Rajoy celebrará dos mítines, uno en Buenos Aires y otro en Montevideo, en un intento por atraer a la colonia española que, a decir que los populares, está plenamente informada del debate político doméstico, hasta el punto de que la secretaria popular de Política Social y Bienestar, Ana Pastor, afirma que «me conocen más en Montevideo que en Cuenca».
Precisamente, Mariano Rajoy irá acompañado de Ana Pastor, de su responsable de Política Internacional, Jorge Moragas; del presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, y del secretario de Comunicación y experto en inmigración, Rafael Rodríguez Ponga, entre otros dirigentes.
Aunque no parece que vaya a llevar propuestas electorales concretas a un colectivo necesitado, en muchos casos, de efectivas políticas asistenciales, el viaje del presidente de los populares, de cuatro días de duración tendrá, sin duda, además de una vertiente electoral, otra social.
Pero el «plato fuerte» de este viaje lo constituye el encuentro que mantiene hoy mismo a las siete de la tarde (once de la noche, hora española) con la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en lo que constituirá uno de sus primeros encuentros internacionales tras su toma de posesión del lunes.
