El canciller de Honduras renuncia tras ser pillado conduciendo ebrio

El canciller de Honduras renuncia tras ser pillado conduciendo ebrio

El canciller de Honduras, Milton Jiménez, anunció ayer su renuncia «irrevocable», luego de verse involucrado en un incidente con la Policía, el pasado domingo, en Tegucigalpa cuando conducía su vehículo en estado de ebriedad.

Jiménez, amigo personal del presidente hondureño, Manuel Zelaya, reconoció en rueda de prensa que en la madrugada del domingo fue interceptado por agentes de la Policía cuando conducía su coche particular en estado de ebriedad, después de haber asistido a un compromiso social.

Agregó que fue brutalmente golpeado por los policías, quienes además lo esposaron, lo «tiraron» en una patrulla y lo llevaron detenido a las oficinas de la Dirección General de Tránsito.

El diplomático, que luce con un golpe e inflamación en su ojo izquierdo, también mostró otras señales de lesiones en sus brazos y dijo que no enseñaba otras partes por pudor.

Antes de su comparecencia, el ministro hondureño de Seguridad, Álvaro Romero, leyó un escueto informe frente al canciller y explicó que, al ser requerido por la autoridad, Jiménez «no quiso identificarse», por lo que fue trasladado a la Dirección de Tránsito.

Romero no se refirió a la paliza que le habrían propinado los policías, pero indicó que Jiménez no aceptó que le practicaran la prueba de alcoholemia que establece la ley.

Al llegar a las oficinas de Tránsito, según el ministro de Seguridad, el jefe de la diplomacia se identificó y se ordenó que le practicaran la prueba de alcoholemia, lo que no aceptó, lo que obligó a «neutralizarlo y detenerlo».

Jiménez estuvo detenido por un tiempo y después fue enviado a su residencia, según el escueto informe del titular de Seguridad.

El canciller pidió disculpas al pueblo hondureño «por esta situación lamentable» en que se vio involucrado, pero recriminó la violencia de la Policía en su contra.

También lamentó que sectores políticos, a los que no identificó, hayan hecho trascender un vídeo grabado con un teléfono móvil, en el que se observa cuando él comienza a agredir a varios policías, lo que reconoció que lo hizo indignado por el mal trato que le dieron, el que consideró era «absolutamente innecesario».

Dijo que él no estaba armado, porque nunca lo hace, y que él no es un delincuente.

«Creo que cometí un error, pero insisto, no soy ladrón, no soy asesino, no soy un violador, en este caso tampoco soy un mentiroso», recalcó Jiménez, quien se hizo acompañar de varios de otros ministros amigos suyos.

El incidente de Jiménez ha trascendido en Internet y algunos medios locales de prensa en Tegucigalpa, a pesar de que la Policía negó desde el domingo que hubiera existido.

Portavoces de la Policía dijeron a Efe que lo único que sabían es que el canciller tuvo «un despiste y perdió el control del timón», y que, al verse en esa situación, «él mismo llegó a la Policía de Tránsito a pedir ayuda y se le atendió».

El vídeo, según versiones extraoficiales, habría sido grabado por un elemento de la Policía.

El ministro de Exteriores reiteró que el incidente en que se ha visto envuelto le pudo pasar a cualquier ciudadano, pero que sectores interesados en causarle daño al país a nivel internacional se han encargado de difundir las imágenes.

Además, pretenden hacerle daño al Gobierno que preside Manuel Zelaya, acotó, tras reconocer que debió ser «precavido», que se excedió en la ingesta de alcohol y resaltar que no pretende justificar nada.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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