(PD).- Hugo Chávez provocó un nuevo episodio de la tensión entre Venezuela y Colombia, desatada esta vez tras la reciente liberación de las dos rehenes de las FARC, al acusar a los gobiernos de Bogotá y Washington de conspirar para asesinarle.
«En Bogotá hay autoridades norteamericanas y autoridades militares colombianas conspirando contra Venezuela, para asesinarme e iniciar un conflicto armado» entre los dos países vecinos, señaló Chávez a última hora del miércoles desde Nicaragua.
El mandatario venezolano ha acusado en reiteradas ocasiones a Estados Unidos de intento de magnicidio. Pero en esta ocasión ha extendido la acusación a Colombia, una semana después de la liberación de Clara Rojas y Consuelo González, y de que el caudillo bolivariano pidiera que se excluya a sus secuestradores, la guerrilla marxista de las FARC, del listado de organizaciones terroristas.
Ésta última propuesta no ha concitado el apoyo de sus aliados, a excepción del nicaragüense Daniel Ortega.
«Yo acuso al Gobierno de Colombia de ser instrumento del imperio de Estados Unidos contra la integración y la paz en América Latina», aseguró Chávez tan pronto como se enteró de la protesta que le envió la Cancillería de Bogotá por entrometerse en sus asuntos.
APOYO A LOS NARCOTERRORISTAS
Durante su visita a Nicaragua, el mandatario venezolano dio una rueda de prensa junto a Ortega, quien también defiende a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a las que califica de «hermanas», Chávez recurrió a su habitual argumento de culpar a Washington de todas las críticas que recibe en su contra.
En ese sentido, señaló que Caracas seguirá insistiendo en que «en Colombia hay que buscar la paz.
Ningún otro país que Venezuela padece la situación interna de Colombia. Por eso tenemos el derecho de buscar la paz, ya basta de guerra». Acusó además al Gobierno de Uribe de «estar jugando en una estrategia de retardo (a la solución del conflicto interno) y esto por mandato del imperio». En su opinión, «Uribe hace lo que le diga Bush.
La soberanía de Venezuela está amenazada por el imperio de EE.UU. desde Colombia y tiene derecho a defenderse», pero no mencionó que las FARC tiene secuestrados a unos 16 venezolanos. La última acusación de Caracas es que Bogotá «no está comprometida con la paz» sino con la derrota militar de la guerrilla.
Las emisoras colombianas recordaron este jueves, por otro lado, las mentiras que el presidente venezolano le dijo al periodista Jorge Ramos, el 5 de diciembre de 1998, un día antes de las elecciones presidenciales en su país. En ese momento anunció que iba a entregar el poder en 5 años y que no le quitaría al sector privado canales de TV.
Con este tema, los medios argumentaron el nuevo enfrentamiento que ayer sacudió a Colombia y Venezuela, países que comparten una turbulenta frontera escenario frecuente de secuestros, extorsiones e incluso territorio habitado por comandantes de las FARC, la primera guerrilla del país con al menos 16.000 hombres.
LOS INSULTOS DEL GORILA
«El Gobierno de Colombia pide respeto al presidente Hugo Chávez (…) y solicita cesar las agresiones contra nuestro país», fue la inmediata reacción del canciller colombiano, Fernando Araújo, quien se fugó de las FARC en diciembre de 2006, tras seis años de secuestro. En estos meses, Chávez, con quien Uribe terminó la mediación para liberar a más rehenes, ha acusado a su homólogo de mentiroso, mal presidente, títere de los Estados Unidos.
Tras los nuevos dardos, según los cuales Bogotá y Washington estaban forjando un plan para asesinarle, el ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos, no ahorró calificativos y dijo que Chávez se encargó de «botar (tirar)las llaves al mar» con respecto al intercambio humanitario. Luego dijo que sus denuncias eran un refrito. «Si tiene pruebas, pues que las muestre».
LA LIBERADA CLARA ROJAS
Tras la liberación de Clara Rojas, la candidata a la Vicepresidencia colombiana de Ingrid Betancourt, y la ex diputada Consuelo González, las FARC, quienes tienen en su poder a más de 700 personas secuestradas, 44 de ellas que pretenden canjear por centenares de rebeldes presos, anunciaron ayer «la entrega de más secuestrados».
Según emisoras de radio locales, entre los liberados estarían uno de los tres contratistas estadounidenses secuestrados en 2003, así como otros cuatro cautivos que están en grave estado de salud. Las condiciones infrahumanas en que se encuentran muchos fueron una bofetada para los colombianos cuando, la semana pasada, la ex diputada González trajo de la selva pruebas de vida.
En una de ellas, el coronel Luis Mendieta, secuestrado hace nueve años, decía: «No es el dolor físico el que me detiene, ni las cadenas en mi cuello lo que me atormenta, sino la agonía mental, la maldad del malo y la indiferencia del bueno, como si no valiésemos, como si no existiésemos».
